Los dos robos de los cuales ha sido víctima en los últimos días el colegio María Auxiliadora, y el cometido en perjuicio del Pablo José Álvarez ,ha puesto en evidencia la inseguridad reinante en los alrededores del parque Ayacucho, donde existen otras instituciones educativas, incluyendo una universitaria.
De manera reiterada, representantes, docentes, comerciantes y vecinos de la zona han denunciado la falta de acciones por parte de las autoridades policiales y de la Guardia Nacional, lo que ha permitido la proliferación de pandillas procedentes, presuntamente, de algunas de las barriadas ubicadas en las inmediaciones de la Ribereña.
También resulta coincidencia que muy cerca de las dos instituciones educativas afectadas por acciones delictivas existen terrenos o inmuebles invadidos donde, junto a familias honestas, humildes, siempre se cuelan elementos de mal vivir.
Con respecto al colegio María Auxiliadora, como consecuencia de las dos recientes incursiones hamponiles, se perdió importante material, necesario para la continuación de sus actividades.
Y como la institución carece de recursos para reponerlos con miras al cercano inicio de clases, ex alumnas, estudiantes y grupos católicos se han ofrecido para llevar a cabo una campaña de recolección de fondos con ese propósito.
Un grupo de ellos, entre quienes estaban María Gabriela Segovia, Francis Cortez, Érika Cuevas, Jaqueline León, Lidia Midaglia e Ivón Linares, ex alumnas, y Freddy Giménez y Guitelme Monsalve, alumnos, acudieron este lunes al colegio con la finalidad de reunirse con la hermana Yurima Gil, directora, para hacerle el respectivo planteamiento.
“Tenemos mucho que agradecerle al colegio María Auxiliadora todo lo que nos dejó y ante esta circunstancia no podemos menos que solidarizarnos con las hermanas y tratar de ayudarlas a sustituir algo del material robado”, dijo María Gabriela.
Igualmente plantearon la posibilidad de realizar una asamblea con padres, madres y representantes, ex alumnado y grupos como el Movimiento Juvenil y Damas Salesianas y organizar actividades de recolección de recursos.
Igualmente para emplazar a las autoridades policiales a fin de que no “engaveten” las investigaciones y den con la identidad y captura de los responsables.
Por otra parte, también las autoridades de la unidad educativa nacional Pablo José Álvarez, ubicada en la calle 44, esperan la identificación y captura de los responsables del desvalijamiento del que fue víctima hace pocos días. No se descarta se trate de la misma banda que, incluso, posee un vehículo de carga en el que se llevan todo lo que consigan de valor en sus incursiones hamponiles.
El Cicpc parece no tener nada con respecto a ambos casos.