Una mujer de rostro dulce, que invita a sentarse a conversar. Aparte, una chica llena de energía y vida, que trasmite las ganas de esforzarse por aquello que más le apasiona, el ciclismo. Una mujer joven quien con esfuerzo y alguno que otro tropiezo llegó a ser una excelente atleta dentro y fuera de nuestros rincones larenses. Ella es Olga Alejandra Purroy Valenzuela, esposa, mamá y deportista a tiempo completo, pero sobre todo, una gran y exitosa barquisimetana
Es esposa, mamá de dos niños y deportista a tiempo completo, pero sobre todo, una gran y exitosa barquisimetana. Ultimo año en categoría en el Ranking de Ironman luego de esfuerzo, preparación y muchísima dedicación. Su disciplina siempre ha sido el ciclismo de pista, pero gracias a un maravilloso hombre que se cruzó en su camino quien ahora es su compañero de vida, descubrió el running y los triatlones, para ahora continuar siendo una excelente atleta.
Amor por la bicicleta
Olga cuéntanos un poco de tus inicios, ¿Cómo llegas a esta disciplina?
Siempre me ha apasionado lo que es la bicicleta porque crecí con esas enseñanzas, me crié en un velódromo viendo diariamente a jóvenes entrenando y eran mi inspiración. Comencé con una bicicletica de carrera en competencias domingueras y después con los años, que ya dominaba un poco más la disciplina, entré en lo que era ciclismo de pista. Ya a los seis años estaba en la pista compitiendo, pero desde los dos años ya montaba. El aprendizaje fue muy cómico, porque mi abuelo me dice “Monta, pero le vamos a quitar las ruedas Olga, cuando tu veas el final de la cerca vas a cruzar, pero yo nunca crucé, me estrellé con la cerca y me levanté”, (risas)
Luego de ser quien te inspiró en tus comienzos ¿Qué opina hoy día tu abuelo al verte como una profesional?
Primeramente él piensa como abuelo atleta y lo inspira el hecho de que yo ahora, luego de ser madre, continúe en esto, esté graduada y tenga mi propio negocio donde día a día trasmito mi pasión. Pero me dice que lo haga sin mucho esfuerzo que solo lo disfrute, pero por otro lado cuando me ve que clasifico comienza a motivarme. El atleta que llega a la meta hablando, no dio su mejor esfuerzo, así que él va como en esas dos facetas.
Eres madre de dos pequeños, cuéntanos ¿Como ven a su mamá atleta?
Sebastián el de seis años es mi inspiración porque me pregunta que haremos hoy y me acompaña en mis rutinas, ya él monta bicicleta y está esperando cumplir sus ocho años para entrar a la pista. La niña que tiene tres años si me pregunta si voy a sudar hoy, y cuando regreso de trotar le da curiosidad si me canse o no. Yo a ellos los trato de mantener entre la educación y la disciplina, que les inspire el esfuerzo y el valor por las cosas.
Olga háblanos de las competencias en las que has estado y ¿Cómo llegas al Ironman?
Me inicié en la pista, corrí juvenil y participé en todas las Copas Maltin Polar, quede campeona en campeonatos estadales en bicicleta de pista. En todos los años trascurridos aquí, descubrí que servía más para pruebas de fondo, me gustan mucho más las de resistencia, más no las de velocidad y así fui cambiando el fenotipo del entrenamiento y a medida que crecí pertenecí a la selección del estado Lara donde tenía entrenamientos a nivel competitivo, con una meta marcada hacia los juegos nacionales con más responsabilidad, siempre de la mano con el estudio. Tenía que equilibrar mi disciplina y las clases, pero crecí con esa enseñanza. Luego a esto, continué en pista corriendo juegos nacionales y entré a ciclismo de ruta para reforzar un poco la pista, pero no me enfoqué en este. Luego me retiré un poco y me gradué como Licenciada en Turismo donde quise desenvolverme, pero llega a mi vida Rubén Suárez, quien es mi esposo actualmente, y me dijo un buen día que saliéramos a trotar. El hecho de que fuera atleta de alto rendimiento en ciclismo no me hacia buena en trote, pero poco a poco fui perfeccionando la técnica y aprendí siempre de la mano con él. Fui a una carrera donde clasifiqué y comencé a acondicionar mi cuerpo de la mano con la bicicleta. Corrimos el CAF, una media maratón, donde hice pódium y me sentí muy orgullosa. Descubriendo todo este mundo del running, mi esposo me dice que hagamos un triatlón a lo que yo estuve un poco negada, pero conseguí un gran aliado y amigo Manuel Novoa quien es nadador de aguas abiertas y fue quien me enseñó a nadar, no soy la mejor nadadora ni tengo la mejor técnica pero logro mis objetivos. Hasta los momentos he corrido medias distancias (70.3) que es la correspondiente a un IronMan, porque el full viene el próximo año que es mi meta.
Cuéntanos un poco algunas experiencias en tu carrera
Tuve muchos altos y bajos, cuando salí embarazada de mi segunda hija, me enteré a los cinco meses así que nadé con ella, corrí con ella y entrené con ella (risas). Me esforcé bastante y me fui a un pueblito cerca de Orlando Florida con mi esposo a hacer mi primer IronMan de media distancia, había corrido híbridos de este tipo de carrera en el Novo y me había ido muy bien, pero me parecían muy duros. Había un clima que me favorecía totalmente, pero viví una cosa que me llenó de mucha satisfacción; fui la peor nadando, pero en la transición agarré mi bicicleta y di todo de mi, para mi sorpresa cuando llegué a dejar la bicicleta le pregunté a la chica por qué no había nadie en mi categoría y me respondió que la razón era porque yo iba de primera, aquí me bajé a trotar una ruta muy respetable de 7km. Eran tres vueltas y en la segunda mi rodilla se desplazó hacia atrás completamente y me enderecé la pierna y continué. Cruce la línea y fui la segunda mejor trotando, quede de quinta en mi primer evento afuera. Tuve muchísimos inconvenientes con la pierna porque me fui a ver con un doctor en Caracas que me mandó un tratamiento que no fue el mejor, entró una bacteria y estuve a punto de perder mi pierna, pero gracias al doctor Oswaldo Ponce quien es mi inspiración y quien me ayudó y estuvo a mi lado en todo el proceso de operación y recuperación logré mantener mi pierna. Durante estos dos años de recuperación nació el proyecto de Trialo, donde trabajé en base a enseñar y trasmitir lo que he aprendido y mi crecimiento y me siento muy orgullosa de esto.
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