Un educador que aunque no es Barquisimetano, ha aportado a nuestra ciudad aprendizaje de calidad, tal como lo dice la el lema de uno de los colegios que lo hicieron reconocido en nuestra ciudad, el Prof. Joaquín Adell Martí ha estado gran parte de su vida “Educando para la excelencia”
Nacido en 1954 en Caracas, Joaquín Adell Martí decidió un buen día estudiar Educación, especializándose posteriormente en Ciencias Pedagógicas en la Universidad Católica Andrés Bello. Una vez egresado y con título en mano, comenzó a trabajar de manera formal, momento en el que descubrió lo mucho que lo cautivaba su profesión.
Poco después, buscando mejores condiciones de vida para sus hijos, dejó su ciudad natal para mudarse a Barquisimeto cargado de infinitas ganas de surgir y aportar a la sociedad sus conocimientos, lo que lo llevó a obtener el cargo de Director de Orientación en el Colegio Río Claro, para luego convertirse en el Director Académico de esa institución, hasta que, en 1996, fundó el Colegio Curimagua donde se desempeña como Director General hasta la actualidad.
Joaquín como educador
¿Qué lo enamoró de su carrera?
Toda profesión tiene su encanto, y aunque influyen mucho los temas de horarios y sueldos, lo esencial es la pasión, al igual que en todos los aspectos de la vida como en el matrimonio, sin pasión nada sobrevive, pues lo más importante es amar lo que se hace. A mí me apasiona la posibilidad que hay en cada uno de los muchachos, en mi profesión hay un contacto personal y no hay nada más satisfactorio que verlos crecer y salir formados para lo que les espera en la vida.
¿Qué lo inspiró a formar parte de la fundación del colegio Curimagua?
La necesidad de brillar con luz propia, de ganarte la vida y superarte, el decir ¡Sí se puede y vamos a hacerlo!, las ganas de escribir algo con mi propia impronta.
¿Qué logro profesional lo ha marcado?
Descubrir que la organización para llevar a cabo tus sueños es un paso esencial. Y saber que cuando se ama lo que se hace, no es una carga el ser constante.
¿Qué representan para usted los Colegio Curimagua y Río Claro?
Curimagua es el lugar donde me hice grande como persona, un gran reto que hoy es una realidad, un esfuerzo concretado. Por su parte, el Río Claro fue mi formación profesional, mis inicios.
Su segundo hogar
Para usted, ¿Barquisimeto es…?
Una ciudad encantadora, la magia de esta ciudad se mantiene.
¿Qué representa para usted la Divina Pastora y los Cardenales de Lara?
Fuera del efecto simbólico, regional y representativo, La Divina Pastora habla de una sustancia espiritual que no puedes materializar ni manipular, pero que está allí. Es una fuerza que convoca a todo el mundo. Es indudable que el espíritu funciona y ella es una gran convocadora de la bondad de esta hermosa ciudad. Y los que creemos, sabemos que es una gran intercesora. Con respecto al Cardenales, pienso que tiene que ganar más juegos –entre risas- pero sigue siendo un punto de referencia y convocatoria entre los larenses. Una apuesta al talento nacional.
Nombre a un Barquisimetano inolvidable
El Doctor Carlos Zapata, además de ser un hombre que llevaba a Venezuela en el corazón, una persona con la cual se podía entablar una conversación de nivel, fue rector, gobernador y fundador de un partido político. Ir a una consulta con él, para mí era pasar un rato muy agradable.
¿Con qué sabor y olor relaciona a Barquisimeto?
La sazón del barquisimetano es inigualable, en esta ciudad hay gente que cocina muy bien.
Para usted, ¿Cuál sería un lugar emblemático de la ciudad?
El Jirahara, pues desde ahí veía todo el espectacular valle. Y el Museo de Barquisimeto, un lugar al que disfrutaba ir constantemente.
¿Qué le sobra y qué le falta a Barquisimeto?
Le falta orden y valorar lo que tenemos, y no le sobra nada, Barquisimeto tiene lo necesario.
¿Qué le regalaría de cumpleaños?
Más conciertos de calidad, actos culturales de primer orden y más civilidad.
¿En qué se diferencian los guaros del resto de los venezolanos?
En su hablar “cantaíto” y en su famoso “Na’ guará”.
Un paisaje emblemático de estas tierras
A mí me gustan los paisajes de la zona oeste y los hermosos crepúsculos.
¿Con qué canción identifica a la ciudad?
Con Noches Larenses.
“Después de que suena tu nota nadie podrá sustituirla podrá sonar otra nota pero la tuya va con tu vida”
“Los educadores somos muy habladores y tenemos mucho que contar”
