Una frase encierra claramente los motivos que tiene un grupo de mujeres y hombres afiliados a una institución tan significativa como la Fundación Sociedad Amigos de Barquisimeto para mantener, desde hace 60 años, un trabajo constante por el desarrollo de la capital larense. La dice el doctor Marco Tulio Mendoza: “El amor a la ciudad, el amor al ciudadano, el amor a la espiritualidad tan maravillosa que tiene el estado Lara bajo el manto de ese culto a nuestra Divina Pastora”.
Fundasab tiene su origen en la Sociedad Amigos de Barquisimeto, constituida formalmente el 3 de junio de 1955, por un grupo de hombres encabezados por Raúl Azparren, monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel, Virgilio Torrealba Silva, José R. Mendoza, el doctor Méndez Llamozas, Juancho Alvarado, Francisco Cañizales Verde, Eduardo Loet y el señor Bernal, entonces cónsul de Colombia en la entidad.
Las caras han cambiado, pero el propósito y el amor por Barquisimeto sigue siendo el mismo.
El doctor Marco Tulio Mendoza, Milagros Gómez de Blavia, Raúl Azparren hijo, Magalys de Pantoja, Gladys Rincón de Pérez, Rita Betancourt de Chávez, Joel Rodríguez Ramos, Wilmer González y Rubén Hurtado, entre otros, conforman la directiva actual.
Hoy, cuando Barquisimeto está cumpliendo 463 años de su fundación, la noble labor de quienes conforman Fundasab es indetenible en la búsqueda de mejoras y en lo que debe hacerse para lograrlo.
“Primero, una de futuro concertada con todas las fuerzas vivas de la ciudad, lo cual implica delimitar claramente los perfiles que tiene la ciudad para su desarrollo, y los que hay que crear para hacerla la mejor ciudad de Venezuela”, señala Marco Tulio Mendoza, actual presidente de la institución.
Considera que Barquisimeto tiene un perfil tradicional de ciudad comercial, pero también musical y artístico, que ha constituido un importante eje de desarrollo, y pone como ejemplo los eventos culturales frecuentes y ser el hogar de destacados artistas plásticos y literarios que nos representan en el país y en el exterior.
Señala a Rafael Cadenas, Alfonso Jiménez, Villalón, Chirinos, Águedo Sánchez, Alirio Echeverría, entre otros.
Recuerda que Barquisimeto fue pionero en el cine con Amábilis Cordero, y que continúa teniendo una cultura cinéfila muy importante, así como de creadores populares.
También destaca la existencia de universidades de primera línea en diferentes especialidades con la conquista de varios premios nacionales, e igualmente es pionera en la creación de corporaciones corporativas, no sólo en Venezuela sino en Latinoamérica.
El doctor Mendoza enfatiza en la capacidad asociativa que tiene el barquisimetano y el larense en general, que nos pone en la palestra al mostrarnos como sociedad activa y modificadora de su realidad.
Al referirse a las necesidades principales de la ciudad para una visión de futuro, Mendoza señala una mayor participación del ciudadano con las instancias gubernamentales.
Le preocupa que sus características de un desarrollo organizado se están anarquizando por la no ejecución de los planes concertados, como el PDUL.
Allí insiste en la falta de participación del ciudadano por luchar por la ciudad, por el ambiente, por sus fuentes de agua, que se hagan realidad Yacambú y Dos Bocas, por los servicios, como el de la recolección de basura, y la falta de planes de arborización.
Igualmente considera necesaria la rehabilitación del sistema ferroviario para la entidad larense, que le permita la comunicación con otras entidades por ese sistema, y se mantenga en buen estado su red vial.
Además, llama la atención sobre la multiplicación de la producción agrícola que se registrará cuando el valle de Quíbor comience a regarse con el agua procedente de la presa de Yacambú.
Enfatizó en la necesidad de planificar para el futuro, ejecutando obras que mejoren la calidad de vida de los barquisimetanos, mirando hacia el norte y hacia el oeste que, como se puede observar, allí se está registrando el engrandecimiento de la capital en materia urbana.
“Cuidar el agua es cuidar el 80 por ciento de nuestro cuerpo, de allí la necesidad de proteger las cuencas que pueden garantizar el suministro de tan importante elemento”, expresa el presidente de Fundasab.
Y con el mismo interés de los pioneros encabezados por Raúl Azparren padre y monseñor Críspulo Benítez Fontúrvel, la “nueva generación” de Fundasab, está dispuesta a seguir luchando para que Barquisimeto sea la mejor ciudad de Venezuela.
Mirar hacia el futuro
“Barquisimeto y el estado Lara tienen que adecuarse para lo que significa la entrada en producción de decenas de miles de hectáreas en el Valle de Quíbor”.
Es la opinión de Raúl Azpárren hijo, director de secretaría de Fundasab, quien ha sabido continuar la labor de su progenitor.
Piensa que es necesario rehabilitar cuanto antes la red ferroviaria hacia Puerto Cabello y crear otra hacia Quíbor y El Tocuyo para sacar la producción que originará Yacambú.
También se pronuncia por la ampliación del aeropuerto y por una vía alterna hacia El Tocuyo que le comunique con la Barquisimeto-Carora.
Igualmente instó a apurar la construcción de la represa de Dos Bocas, en los límites de Lara y Portuguesa, para garantizarle agua a la capital larense y no depender sólo de Yacambú.