A fines de agosto y comienzos de septiembre, se celebró en Medellín, la hermosa capital antioqueña la Reunión Global 2015 de Ciudades para la Vida, un movimiento de ciudades de todo el mundo que se han propuesto la tarea creativa de trabajar juntas para construir el futuro.
Allí estuvieron varios alcaldes venezolanos, quienes pudieron así asomarse al debate que está teniendo lugar en el planeta, a las tendencias que se dibujan consistentes, a los vientos que soplan en la humanidad que busca innovación para progresar con sentido de desarrollo humano integral. Porque, en medio de los grandes problemas que afectan a la gente en todas partes y a las naturales diferencias de enfoque con relación a sus soluciones, el mundo no se ha quedado empozado en una discusión que se sabe superada porque la realidad se la llevó por delante, Ese es un fenómeno de muy pocos puntos del mapa y muy poca gente. Tristemente, nosotros estamos atrapados en ese anacronismo, hasta que usemos eficazmente los medios democráticos para liberarnos. El 6-D tenemos una gran oportunidad.
Hicieron bien al estar presentes nuestros alcaldes Alfredo Ramos y José Gregorio Martín, de Iribarren y Jiménez respectivamente, el barinés José Luis Machín, el hatillano David Smolanski, el anzoatiguense Gustavo Marcano de Lechería y el merideño de Ejido Omar Lares, junto a la alcaldesa Helen Fernández, encargada del gobierno metropolitano de Caracas durante la prisión injusta de Antonio Ledezma. Fueron los oídos y la voz de las municipalidades de nuestro país en ese encuentro tan importante, al cual asistió también Carlos Mascareño, muy eficaz y comprometido Coordinador del Programa de Apoyo a las Gestión de Gobierno Municipal que desarrollamos desde el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro. Por cierto, esta semana completamos en Guayana, con El Callao, Tumeremo (Sifontes) y Upata (Piar) cincuenta y tres municipios visitados, y pasado mañana y el martes aquí al lado en Trujillo, iremos a Valera, Carvajal, Betijoque y El Dividive. Porque hay mucho qué hacer.
Seis sesiones tuvo la Reunión Global de Medellín: Movilidad, seguridad, gobierno, diseño y planeamiento urbano, medio ambiente y desarrollo social. Todo ello con la vista puesta en el modelo de las ciudades para la vida. Edificar una ciudad y una ciudadanía para la vida, como logros a través de la equidad como base de la transformación cultural. Una ciudad segura, sostenible, empleada, sana y que sea, a su vez, una escuela mediante la educación y la cultura, la recreación y el deporte, y la participación.
Estamos lejos de esas metas, pero hay que fijárselas, ponerles la vista y empeñar en ellas trabajo, talento y compromiso. Prepararnos, pensarlas y planificarlas. Atrevernos a ver más allá, a no quedarnos en el círculo vicioso de una cotidianidad oprimida y opresora, a no conformarnos con la baja calidad de vida, la escasez, la violencia de la inseguridad. Se lo debemos a aquellos que han confiado en nosotros, y a todos cuya confianza aspiramos ganar.
