Para Julio Portillo, analista internacional, el cierre de frontera por Zulia y Táchira, obedece a cálculos electorales inmediatos y no a combatir el desabastecimiento. En este sentido, el especialista apunta que el Gobierno no consultó a los sectores involucrados ni al pueblo wayuú para esta medida.
“Si se analiza el decreto, las primeras palabras del presidente Maduro, fueron: `He decidido´. Los politólogos sabemos que cuando se toman medidas de este tipo, en especial de repercusión internacional, deben ser consultadas con los expertos en la materia y grupos de presión”, expresó Portillo, quien recordó que en Venezuela existía la ComisiónAsesora de Relaciones Exteriores (CARE), formada por los exministros del área.
Sin embargo, ninguno de estos especialistas se han consultado para el cierre de frontera en Zulia y Táchira.
El analista indicó que con esta decisión no sólo se perjudica a empresarios y habitantes de la frontera, sino a todo el estado, puesto que ante la problemática de repuestos para vehículos y autopartes, las personas acudían a Maicao, Colombia, para adquirirlos, aunque el costo fuese desembolsado al valor del dólar paralelo, por dar un ejemplo.
Portillo considera que si bien el presidente Nicolás Maduro ha propuesto a Juan Manuel Santos un diálogo, este no será posible mientras que en el transcurso de la solicitud se continúen cerrando fronteras.
“Me parece que aquí hay un trapo rojo”, cuyo objeto es exaltar el nacionalismo, a propósito de ganar seguidores para el Gobierno, al igual que los militares argentinos y Las Malvinas.
Sin cambios reales
Respecto a los “cambios”, que según el gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, se observan en el estado, el analista describió estas declaraciones como “vapores de la fantasía”, en palabras del escritor Andrés Eloy Blanco.
“Aquí todavía hay colas que duran cada vez más horas. No hay arroz, ni aceite, ni azúcar… El cierre de la frontera no abastece los anaqueles”, comentó.
Sobre el combustible, señaló que la solución al contrabando sería la fijación de un precio para frontera o a dólar.
Beneficio o perjuicio del wayuú
Portillo apuntó que la frontera del Zulia con Colombia es cercana a los 713 kilómetros y distinta a la tachirense, porque allí hace vida una etnia wayuú, que se dicen son “una nación dentro de otras dos naciones”, con cédulas venezolanas y colombianas, idiomas, costumbres y leyes propias.
Sobre si existe algún beneficio para el pueblo wayuú, tomando en cuenta que el presidente venezolano garantizó una mejoría en la calidad de vida de los habitantes de la zona, Portillo recordó que desde hace par de semanas no llegan alimentos a los pueblos fronterizos, por lo cual la población se alzó y tomó camiones comida, que la Guardia Nacional pretendía llevar al otro lado de la frontera.
Acotó que el desabastecimiento en sectores rurales es aún más complejo que en zonas urbanas.
Negó, por tanto, la posibilidad de que un cierre de frontera genera solución alguna a esta situación, puesto que el origen del desabastecimiento no es el contrabando, sino la falta de inversión y caída de la producción.
Deportados y recibidos
Sobre cómo se aprecia diplomáticamente que se hayan deportado más de 20 mil colombianos, de acuerdo con datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), y que se reciban 20 mil sirios, Portillo refirió que se trata de decisiones “incompresibles”.
“Cuando países como Francia y Alemania llevan a sus países, modestamente 14 mil sirios, ¿cómo se justifica traer tal cantidad de sirios a Venezuela, sin tomar las previsiones necesarias?”, comentó el especialista, quien detalló que ningún otro país latinoamericano ha tomado esta decisión.
Hacia la frontera con Brasil
Sobre si existe la posibilidad de que la medida sea extendida hasta Apure y la frontera con Brasil, tomando en cuenta la presencia de los garimpeiros en Venezuela, el especialista comentó que desde hace tiempo la frontera de Apure es controlada por la guerrilla, aunque el Gobierno sólo haga mención de los paramilitares.
A esto sumó que en la frontera con Boa Vista, Brasil, habitan misiones indígenas, también beneficiadas por la gasolina venezolana, pero que no se abordan por la cercanía ideológica con este país.
Según información manejada por Portillo, si bien a los garimpeiros les permiten la extracción de minerales, les es incautado posteriormente, por los guardias nacionales, para beneficio propio.
