Prodigiosa gala de jazz en el Juares

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El piano como instrumento y el jazz como motivo. La noche del pasado sábado el imponente Teatro Juares sirvió de escenario para la celebración de la segunda gala de la 10º edición del Festival de Jazz de Barquisimeto, que se arropó entre sonidos de Italia, Estados Unidos, España y la propia Venezuela.

Tres propuestas musicales de altura pusieron de pie, en múltiples ocasiones, a los melómanos barquisimetanos, que aplaudieron a Antonio Flinta, Pablo Gil, Martín Bejerano, Antonio Serrano y Federico Lechner.

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El piano como instrumento

La gala de jazz inició con la presentación del italiano Antonio Flinta, pianista chileno formado en la Berklee College of Music en Boston, quien junto al contrabajista Roberto Bucci y el baterista Claudio Giovannini, exhibió un repertorio de obras propias, con el cual hicieron gala de excelente técnica musical, además de conocimiento de las artes y las historia.

Inspirados en la pintura del artista ecuatoreño Oswaldo Guayasamín, los músicos iniciaron su compilación con el tema La edad de la ira, mismo nombre de una de las obras más conocidas del pintor. Interpretación que fue seguida por The perception of what’s coming, pieza de dejos melancólicos, también inspirada en la música del compositor estonio Arvo Pärt.

La sincronía se hacía complicidad y los músicos mostraban su entrega total, con su propuesta de jazz neoclásico.

Flinta, quien se confesó encantado de tocar para el público de festival barquisimetano, continuó con el tema No hay vuelta atrás, según traducción al español. Le continuó The blind of the nigth.

Cada presentación tocaría la fibra de los presentes de manera distinta. Con el piano de aparejo, pronto subieron al escenario el ejecutante de este instrumento Martín Bejerano, de Estados Unidos, y el saxofonista venezolano Pablo Gil, quien esta noche sería anfitrión entre los músicos, puesto que sus participaciones en la primera y segunda edición del festival fueron en calidad de acompañante del ejecutante de cuerdas Aquiles Báez, esta vez él sería la estrella principal.

Arrancaron la presentación con la composición propia, aún sin título, Canción nueva #6, seguida de otro original.

Con la fuerza del metal y las cualidades acústicas de la madera, Gil tomó su saxofón y de él extrajo atractivas y fascinantes notas, que junto al piano de Bejerano, la batería de Abelardo Bolaños y el bajo de Carlos Sanoja, sedujeron a los presentes.

El pianista se declaró complacido de compartir escena con músicos venezolanos tan talentosos, mientras que tema tras tema Gil se mostraba sencillo y sin presunciones. Regalaron al público otras cuatro canciones.
Para culminar la noche de jazz subieron a escena el pianista Antonio Serrano y el armoniosita Federico Lechner, con una propuesta insuperable y nunca antes vista en Barquisimeto.

Con un repertorio anímicamente diverso este dúo ejecutó piezas de su reciente disco La extraña pareja.

Esto sin dejar de interpretar temas de su primera placa discográfica en conjunto, La sesión continúa.

Las versiones muy personales de música de película no se hicieron esperar y acompañaron otros temas con dejos de tangos y coplas, con los cuales el público pudo aprecia, no sólo el talento de ambos ejecutantes, sino también su estrecha complicidad. Por momentos, regalaron a los concurrentes hermosos solos que arrancaron aplausos.

Sorprendido se declaró el público con esta última presentación, descrita como innovadora y prodigioso.

Sorpresas

Entre una presentación y la otra los miembros de la Fundación Festival de Jazz de Barquisimeto, se encargaron de ostentar par de sorpresas.

Al escenario subió la directora y productora del festival, Zuly Perdomo, para agradecer el trabajo perseverante de los más de 30 miembros de su equipo, en especial al también músico Aquiles Báez, quien durante diez años la ha apoyada en esta ardua tarea.

Perdomo reconoció el apoyo del artista y su especial dedicación al sistema de becas del festival. Calificó de incalculable el aporte pedagógico de Báez a este festival.

Apuntó que se trata de más de 160 becados en academias importantes del mundo, entre ellas, la Escuela Contemporánea de la Música, en Buenos Aires, Argentina, institución que recientemente se acaba de unir a la lista. Vale destacar que en esta edición han otorgado 53 oportunidades de estudio.

Por su aporte, como fundador y promotor del Festival de Jazz de Barquisimeto, además de su empeño y constancia como director de las actividades pedagógicas de este encuentro, esta noche Aquiles Báez fue homenajeado, agasajo al que también se sumó la Fundación Teatro Juares.

Honrado, Báez manifestó que “la apuesta por la educación es la apuesta por un país y unos músicos que tenemos, maravillosos, por lo que debemos buscar los mecanismos para proyectarlos y hacerlos crecer, porque el talento en Venezuela es monumental”.

Le dijo al público que son pieza fundamental del desarrollo de los músicos venezolanos. “Es necesario que haya conciertos y que vayan a ellos. Sin el público el artista es nadie, así que usted son responsables también”.

Perdomo también recibió de manos del director artístico del festival, José Armando Díaz, una obra del artista plástico Miguel Ángel Hernández, en un reconocimiento que le otorgaron los demás miembros de su equipo.

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