Lo que está ocurriendo en la frontera colombo-venezolana es muy delicado y es necesario dialogar para buscarle una solución cuanto antes.
Lo afirmó el arzobispo de Barquisimeto, monseñor Antonio López Castillo, al exteriorizar su preocupación por la situación en los límites del Táchira, en Venezuela, con el Norte de Santander, en Colombia, donde miles de nativos del vecino país han salido deportados, algunos por la fuerza y otros voluntariamente, por temor a ser víctimas de atropellos por parte de la Guardia Nacional y el Ejército.
Indicó que el problema no es de frontera sino de producción y de una economía más fuerte que la otra donde el peso vale casi cien bolívares, lo que significa una diferencia muy grande y motiva a llevar cosas subsidiadas y venderlas al otro lado.
Anteriormente, agregó, era así también, cuando los venezolanos íbamos a comprar a Colombia, pero nunca se cerró la frontera como ahora; ojalá eso pronto se resuelva. El Papa pidió esta mañana se de el diálogo entre los dos países para que lleguemos a un arreglo en la paz.
En efecto, el Santo Padre dijo este domingo, en el Ángelus: “En estos días los obispos de Venezuela y Colombia se han reunido para examinar juntos la dolorosa situación que se ha creado en la frontera entre ambos países. Veo en este encuentro un claro signo de esperanza. Invito a todos, en particular a los amados pueblos venezolano y colombiano, a rezar para que, con un espíritu de solidaridad y fraternidad, se puedan superar las actuales dificultades”.
¿Cree pueda haber ese diálogo entre los dos presidentes y que surjan soluciones?
Claro, si ellos quieren sí, porque el problema es que hay dos economías diferentes; una muy debilitada, que es la venezolana, y otra muy fuerte, la de Colombia. Pidámosle a Dios nos ayude a resolver este problema que tiene otras causas y otras soluciones, respondió.
Las declaraciones las suministró monseñor López Castillo al término de la misa oficiada en la iglesia Sagrada Familia, dando gracias a Dios por la beatificación de las hermanas Fidela Oller, Josefa Monrabal y Facunda Margenat, de la congregación de religiosas San José de Gerona, mártires de la guerra civil española por parte de comunistas.
Recordó que hace pocos días hubo en Cúcuta una reunión de obispos venezolanos y colombianos para analizar la problemática que está afectando a miles de mujeres, niños y hombres, sacados por la fuerza del barrio donde vivían, en San Antonio del Táchira y otras poblaciones fronterizas.
El socialismo comunista siempre ha sido enemigo de Dios y de la iglesia porque es ateo y porque lo que siembra es miseria y fracaso, puntualizó.
Dijo que las tres ofrendaron sus vidas por ser católicas, por ser creyentes.
“Le pedimos a Dios que estas tres beatas intercedan por Venezuela y por nosotros todo el tiempo”, expresó.