Ganadería y agricultura larense perdieron su vitrina ferial

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Mostrar la región. Ese era el fin primordial de la Feria Internacional de Barquisimeto, que se ha quedado sin el colorido, brillo y calor propios de una zona pujante, con potenciales indiscutibles en la agricultura y la ganadería.

Por mucho tiempo estas actividades fueron consideradas el alma económica de Lara, y eso también fue contemplado por el presidente del Concejo Municipal de 1965, Luis Gallardo, quien junto  al gobernador Miguel Romero Antoni ordenó la edificación del Parque Ferial, con un espacio dedicado a la promoción de cría  de ganado, caballos, búfalos, cabras, chivos, cerdos, gallinas , especies exóticas  y avifauna, según lo reseña Luis Pascual Suárez, de los apuntes de Fulgencio Orellana  y Rafael Silva Uzcátegui.

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El encuentro, que alguna vez fue el más esperado en la región, llegó a reunir para la década del ‘80 más de 1.500 animales, siendo entre 1985 y 1990 la segunda  feria más importante del país. Pero esos espectáculos, que  despertaban el orgullo de las familias larense, han quedado en el pasado.

Julio César Méndez, quien por más de 30 años organizó las ferias agropecuarias, con motivo del aniversario de Barquisimeto, coincide en sus apreciacioens con Julio Anzola, quien encabezó el encuentro agropecuario en 1991, como presidente de la Asociación de Productores Rurales (Apropeco).

Refirió que en aquel entonces se celebraban competencias de producción de leche (con registros de hasta 60 litros por vaca) y carne, juzgamiento de ganado y subasta de animales de primera calidad, incluso con jueces internacionales.

El valor de una feria

Méndez, quien es conocido como “El Feriólogo”, advirtió que una feria agropecuaria no sólo es de atractivo para la comunidad,  aspecto que  es valioso si se aprecia desde el punto de vista social y cultural; también  es provechosa por el intercambio económico.

“Las ferias agropecuarias se convierten en ruedas de negocio, a donde asisten productores de distintas partes del país y del exterior, para ver y adquirir ganado e intercambiar con los productores agropecuarios adelantos tecnológicos y genéticos, además de experiencia”.

En tal sentido, subrayó que con la celebración de las ferias agropecuarias es posible valorizar el ganado a través de los concursos y juzgamiento, lo que brinda a los ejemplares certificación de  su calidad.  Igualmente, era posible debatir con los invitados internacionales sobre análisis fenotípicos y otros aspectos.

Anzola comentó que la pérdida de una feria ganadera ha representado para el sector el menoscabo de posibilidades de exhibición, promoción, intercambio y  comercio, lo que a su vez podría redundar  en avances genéticos y productivos.

Lo internacional es mucho más

“Lo internacional de una feria no es  que vengan artistas de otros países a cantar, sino que mostremos a otros países nuestras manifestaciones y  trabajo”, comentó  el ganadero, quien recordó que en ediciones de antaño las corridas de toro atrajeron a la colonia española y a algunos de los mejores toreros.

También se recibían visitas de ganaderos de  Colombia, Argentina y Brasil.

Situación económica compleja

Los ganaderos afirman que múltiples factores han afectado la celebración de estos encuentros.

“Entendemos que la situación económica es una de las causas por las cuales no se celebra una feria. La organización representa una cantidad de dinero considerable. Sin embargo, en  otros estados se ha seguido haciendo, con sacrificios”, manifestó  Méndez.

Por su parte, Hémbert Meléndez, presidente de la Sociedad de  Ganaderos de Lara (Sogalara), añadió que debido al deterioro económico del país, se han visto afectados sectores como el que representa. “Producíamos alrededor del 85% de la carne que se consumía, pero actualmente no llegamos ni al 30% de lo requerido, producto de la invasión de  fincas y falta de materiales de ganadería”.

Si bien señaló que al productor le resulta complejo organizar por cuenta propia encuentros de este tipo, sería posible reunir a un número importante de buenos animales para exhibirlos, a fin de que también se dé a conocer que Venezuela aún mantienen sus condiciones de producción.

Meléndez se declaró en disposición de colaborar en la organización de una feria agropecuaria, aún cuando las condiciones actuales sean adversas. Al igual que el gerente de la Sociedad  Regional de Ganaderos de Occidente (Sorgo), Mario Herrera, quien  lamentó que la tradición de las ferias se haya perdido, porque formatos como este son para el ganadero una vitrina de progreso, además que muestran al pueblo y al gobierno, sobre los avances del sector.

Aseguró que la región cuenta con suficiente base genética como para recuperar la producción y dichos espacios.

 

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