Jóvenes con disfraces de gorilas y botas de caucho gruñeron y saltaron el sábado frente al presidente de Ruanda durante la ceremonia anual en la que se impusieron nombres a 24 gorilas de montaña bebés en el país africano, donde los animales en peligro crítico de extinción viven en los bosques que cubren las laderas de volcanes.
La zona recibe todos los años a números crecientes de turistas.
Los jóvenes gorilas, cuyas son vigiladas estrechamente por guardaparques y científicos, se encontraban en su hábitat natural y no en la ceremonia de bautismo en Kinigi, una aldea vecina al acceso al Parque Nacional Volcanes, pero miles de personas, entre estudiantes, soldados, aldeanos y diplomáticos se reunieron a festejar a la especie amenazada cuya imagen adorna muchos lugares públicos y un billete de la moneda nacional.
Contra el trasfondo de los volcanes cuyas cimas llegan a las nubes, la gente agitaba banderas nacionales azules, verdes y amarillas mientras el presidente Paul Kagame hablaba desde una tribuna.
Los conservacionistas consideran a Ruanda, una nación mediterránea pequeña, un modelo para otros países africanos que no logran defender a su vida silvestre de la caza furtiva y pérdida de hábitat.
Un conservacionista sueco, un agente policial ruandés y un científico de la universidad estadounidense de Yale, vestidos con camisas blancas y túnicas verdes, seguían a los disfrazados de gorila por un puente de madera decorado con flores y les daban nombres.
Entre los nombres elegidos estaban «Deseo», «Poder», «Valor», «Convivencia» y «Ornamento» en la lengua ruandesa.
El gobierno espera que la ceremonia, que se realiza anualmente desde 2005 y se basa en una tradición del país, sirva para destacar la importancia de proteger a los gorilas y a la vez promover el turismo, que el año pasado trajo más de 300 millones de dólares al país. Los científicos usan los nombres para identificar a los gorilas y sus familias cuando los estudian en su hábitat.