“Nunca antes las caraotas se habían puesto tan duras en Venezuela, pero no nos queda más remedio que hacer largas colas y esperar horas para conseguirlas”.
De esa forma se expresó una ama de casa que, con muestras de cansancio, esperaba pacientemente, sentada en una acera frente al centro comercial Las Trinitarias, le llegara el momento de pasar hasta el supermercado donde confiaba encontrar el comestible grano.
Dijo haber llegado, junto a otras amas de casa, vecinas y familiares, a las dos de la mañana, y a las once continuaba esperando el momento del acceso al centro comercial.
“Por lo visto pasaré a las cuatro de la tarde; ojalá no se hayan acabado, sería el colmo”, agregó.
Insistió en que antes no pasaba tanto trabajo para conseguir las típicas caraotas negras, que, aclaró, ahora ni venezolanas son.
“Ya ni sabemos de donde las traen, porque ahora tampoco las producimos aquí”, intervino una de sus compañeras.
Otra de las madres en cola informó que a esa hora, once de la mañana, habían pasado unas 500 personas.
“Pero el asunto es que ahora hay tres colas: una, la general, donde está la mayoría; dos, la de los adultos mayor y discapacitados, y la tercera que es la de los familiares de los empleados, que también son como quinientos”, dijo otra de las mujeres, que pidió no hacerle fotos.
Si bien el artículo más buscado en ese lugar eran las caraotas, también estaban interesados en jabón para lavar, para baño, mayonesa, pasta y papel toalet, entre otros.
La misma situación de Las Trinitarias existía en otros lugares de la ciudad, e incluso habiéndose podido detectar grupos de personas procedentes de otros estados.
En Valle Hondo, por ejemplo, desde la pasada semana se ven autobuses y busetas procedentes de otros estados, estacionadas en el estacionamiento del automercado.
Presumiblemente son utilizadas para traer personas procedentes de estados llaneros.
“Esa gente no es de Cabudare, pero debe ser que en su ciudad la cosa está peor, o también pueden ser bachaqueros, una no sabe, sólo que se llevan los productos regulados”, dijo una señora en la cola.
Llama la atención que, pese a los conatos de violencia que se han presentado en varios sitios, apenas un guardia nacional es destacado para mantener el orden.