Toyota invertirá 50 millones de dólares con la Universidad de Stanford y el Instituto tecnológico de Massachusetts con esperanzas de ganar ventaja en una acelerada carrera para remplazar a los conductores humanos.
La inversión anunciada el viernes por la compañía japonesa va a ser hecha en los próximos cinco años en centros de investigaciones conjuntas en Silicon Valley y en Cambridge, Massachusetts.
Toyota ha contratado al experto en robótica Gill Pratt para que supervise estudios dirigidos a desarrollar inteligencia artificial y otras innovaciones que van a permitir que futuros modelos de autos transiten las calles sin necesidad de que haya personas conduciéndolos.
«Creemos que esto va a transformar el futuro de la movilidad, mejorar la seguridad y reducir la congestión de tráfico», dijo Kiyotaka Ise, un ejecutivo de Toyota que supervisa el grupo de investigaciones y desarrollo de la compañía.
A diferencia de rivales en las industrias tecnológica y automovilística, Toyota considera improbable que los autos sean capaces de conducirse completamente por sí mismos en la próxima década.
En lugar de ello, la compañía está concentrada en desarrollar tecnología que pueda convertir a un vehículo en el equivalente de un asistente inteligente, capaz de reconocer que debe hacerse cargo del volante cuando el chofer está distraído o de reproducir automáticamente una canción favorita si detecta que el chofer está de mal humor.
«¿Cómo sería si los autos pudieran volverse socios confiables?», dijo Daniela Rus, una profesora de MIT que encabezará el programa de colaboración de la escuela con Toyota.