El célebre actor Johnny Depp irrumpe este viernes en el Festival Internacional de Cine de Venecia con la historia real del temido criminal irlandés radicado en Estados Unidos, James «Whitey» Bulger, en el filme «Black Mass» del realizador Scott Cooper.
Recibido por miles de admiradores, algunos de los cuales habían acampado toda la noche cerca de Venecia para verlo, el divo estadounidense, de 52 años, apareció radiante, con ganas de divertirse.
Para la película, un estreno mundial presentado fuera de concurso, Depp se transformó en un mafioso, medio calvo y arrugado, un papel que podría valerle un Oscar, según la crítica especializada.
La estrella estadounidense inició la tradicional conferencia de prensa en el Lido veneciano con una enredada broma que reconoció no era tan buena.
«Este (trago) es sin alcohol», dijo tras beber de una botella de agua. «Estoy siendo responsable. Así que si me calumnian, la culpa es de ustedes», agregó.
Irreconocible después de haber encarnado al gángster de origen irlandés, con la tez cetrina y penetrantes ojos azules, Depp aparece en casi todas las escenas de la película de Cooper.
La biografía filmada del líder de una de la más peligrosas bandas criminales podría ser clasificada como una película sobre la amistad, ya que esencialmente narra la relación entre Bulger y John Connolly, su amigo desde la infancia en un barrio duro del sur de Boston, dominado por los irlandeses, quien se convirtió en un agente del FBI.
Connolly convence a sus jefes de que puede desmantelar a la mafia italiana de su ciudad si garantizan a Bulger protección para obtener informaciones y pruebas.
El pacto ‘fáustico’ tiene inicialmente éxito, por lo que la carrera de Connolly florece, mientras paralelamente Bulger desarrolla un imperio que va desde el juego ilícito y extorsiones hasta el tráfico de drogas.
Pero a medida que se hace evidente que Connolly no controla a su supuesto informante, la caída de Bulger es sólo una cuestión de tiempo.
La película termina con la detención de Connolly, mientras Bulger se convierte en 1994 en un fugitivo y evade la captura durante 17 años.
Durante esos años era considerado el segundo hombre más buscado de Estados Unidos después de Osama bin Laden.
Capturado en 2011, fue condenado a cadena perpetua dos años más tarde por haber participado en 11 asesinatos.
El próximo jueves cumple 86 años de edad dentro de la prisión.