Para quienes a diario o con frecuencia deben pasar, caminando o en vehículo, por la avenida Lara, llama la atención el estado en que se encuentran algunos de los árboles que allí existen, en aceras o isla central.
Son muchos los que, debido a los años, e incluso a la falta del correspondiente tratamiento, presentan condiciones deplorables, con ramas sin hojas, prácticamente secas, que podrían caer en cualquier momento.
Durante el fuerte ventarrón que el pasado domingo afectó a Barquisimeto y otras poblaciones larenses, testigos pudieron observar como algunas ramas caían desde las alturas, afortunadamente sin causar daños personales o materiales.
“Estas matas tienen muchos años dando sombra a la avenida, pero como que no existe un organismo que se encargue de ellas, no les dan mantenimiento”, expresó Juana Mosquera, una transeúnte preocupada.
Por su parte, una vecina de la avenida Lara dijo que ni siquiera las riegan, o al menos ella no ha visto nunca un camión echándoles agua.
Eso indica que se trata de árboles resistentes a la falta del líquido vital, aunque por tratarse palos con muchos años de vida, han perdido la mayor parte de las ramas o raíces que les mantienen en pie.
Mosquera recordó que hace algunos años existía una dirección de parques y jardines dependiente del Concejo Municipal de Iribarren, pero, aparentemente, esa dependencia desapareció y al menos las avenidas no tienen el mantenimiento requerido por sus áreas verdes.
Si bien la situación también existe en otros sectores o avenidas, como la Pedro León Torres o Los Leones, es en la Lara donde se puede observar la mayor cantidad de árboles en peligro de venirse abajo por sus años de existencia o enfermedades.
Los de la Pedro León Torres, sí parecieran haber recibido tratamiento por parte de especialistas en la materia pues, en su mayoría, están completamente verdes sus ramas, lo que representa algo de seguridad para los peatones cuando se resguardan bajo sus sombras de los rayos solares, o parcialmente de la lluvia.
Pero en la Lara no ocurre de igual manera, sobre todo entre el centro comercial Churum Merú y Los Leones, donde una gran cantidad de ellos representa una amenaza para quienes por allí se desplazan, caminando o en vehículos.
Aunque faltan cuatro meses para la procesión de la Divina Pastora, sería prudente que desde la alcaldía de Iribarren o el anteriormente llamado ministerio del Ambiente se tomaran medidas para eliminar los más enfermos y “curar” los que aún puedan ser recuperables.