El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, presentó su renuncia a última hora el miércoles luego de que un juez emitiera una orden de captura en su contra en medio de un enorme escándalo de corrupción que suscitó una crisis política e institucional en el país y que llevó a prisión a la ex vicepresidente del país junto con otros altos funcionarios del gobierno.
El portavoz Jorge Ortega dijo que Pérez Molina presentó su renuncia poco antes de la medianoche del miércoles, hora local, tras la emisión de la orden de detención como parte de una investigación de fraude aduanero, que también provocó la renuncia de varios ministros del gabinete que le retiraron su apoyo al presidente.
«En la situación actual y teniendo en cuenta por sobre todo el interés del Estado, me corresponde continuar con el debido proceso y, por lo tanto, presentarme ante la justicia y dirimir mi situación personal, con la convicción de hacer lo correcto, me dirijo a usted y al honorable Congreso de la Republica para presentar mi renuncia al cargo de Presidente de la República de Guatemala», dice la carta de renuncia de Pérez Molina.
La dimisión, la primera de un presidente de Guatemala, no se hará efectiva sino hasta que el Congreso la acepte y nombre a un nuevo mandatario. Los congresistas fueron convocados a una reunión de emergencia en la madrugada del jueves.
Miles de manifestantes han salido a las calles indignados por los detalles de una trama de corrupción generalizada en las aduanas y que involucra a empresas privadas.
Altos jerarcas de la Iglesia católica y líderes empresariales habían pedido la dimisión de Pérez Molina en las últimas semanas, mientras la investigación sobre la red del fraude aduanero crecía, y cada día cobijaba a más y más funcionarios del gobierno.
Pérez Molina, de 64 años, siguió su plan de quedarse en el poder hasta tanto un juez ordenara su captura, en un caso que ha propinado el golpe más profundo a una corrupción política y administrativa que se encuentra arraigada en el país centroamericano.
Según la Constitución, el presidente debe ser sustituido por el actual Vicepresidente, Alejandro Maldonado, recientemente nombrado, luego que el Congreso resuelva aceptar la renuncia presentada por el primer mandatario.
«Con los principios y valores en los cuales me he formado, enfrentaré con la conciencia tranquila los procesos que corresponde», dijo Pérez Molina en su carta de renuncia. «Hoy más que nunca, mi compromiso con el pueblo de Guatemala es someterme con toda entereza mediante al debido proceso, al imperio de la ley y desvirtuar los señalamientos que hoy se me hacen».
La fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, organismo adscrito a la ONU, anunciaron el pasado el 16 de abril la desarticulación de una presunta organización criminal integrada por funcionarios públicos aduaneros y particulares, que presuntamente recibieron sobornos de empresarios para que les ayudaran a evadir impuestos.