El sábado pasado tuve el honor de ser designado por la dirección nacional de mi partido La Causa R como Secretario General Nacional, a la espera de su formalización en el marco de la asamblea general de octubre. Decisión que me compromete aún más, ya no solo con esta organización tan importante en nuestra historia política reciente, sino con el objetivo común de recuperar la democracia para superar la actual tiranía opresora que tiene al país sumido en su peor crisis social y económica. Es un gran reto suceder en esta instancia a un líder de la talla de Américo De Grazia quien fue el único secretario general dentro de la MUD que se ganó en primarias su candidatura a la reelección como diputado, predicando así con su ejemplo. Me siento orgulloso de pertenecer a un partido que cada dos años renueva sus autoridades y que no le tiembla el pulso a la hora de promover a las nuevas generaciones y al liderazgo regional.
Pero la renovación de esta marca histórica no se circunscribe a las personas sino que apuesta a una nueva narrativa capaz de seducir a las mayorías decepcionadas que buscan un nuevo horizonte. La democracia es la promesa básica de un movimiento que desde sus inicios ha luchado en contra de las hegemonías, alejado de dogmas ideológicos y comprometido con los valores y principios democráticos. Se trata de la profundización de la democracia en todos los niveles de la sociedad, objetivo que cobra ahora más vigencia que nunca en tiempos de un militarismo grotesco que convirtió a la población en rehenes de mafias oficiales. No es ni a la derecha ni a la izquierda, es hacia adelante que tenemos que avanzar para reconstruir este país.
La democratización de la renta petrolera, la consolidación de un sistema de seguridad social universal, la profundización del proceso de descentralización abortado por el actual régimen, la creación de empleos dignos a través de la inversión productiva y el fortalecimiento institucional de un Estado justo, plural y democrático, son algunas de las propuestas de un partido que cuenta hoy en día con un alcalde tremendamente bien valorado como Alfredo Ramos y con un baluarte de la lucha como es Andrés Velásquez, entre tantos otros líderes sociales que trabajan día a día por el bienestar de la gente. Y es que en tiempos como estos, lo verdaderamente radical, lo verdaderamente revolucionario, es ser democrático. Por eso la misión de esta organización es: Democracia profunda con eficacia política para dar respuesta a los problemas actuales del país. Seguimos en pie de lucha procurando un mejor futuro lleno de oportunidades para todos, el de la Venezuela libre y productiva.
Espero estar a la altura del compromiso y las circunstancias, colaborando activamente con el cambio requerido. Con fuerzas renovadas y gran optimismo decimos hoy que: “La causa es la Democracia”.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
