Capitalismo Lunar – Ser padres hoy

-

- Publicidad -

Cuando hablamos de “generación” nos referimos a las costumbres, circunstancias sociales, económicas, tecnológicas y sobre todo culturales, que comparten aquellas personas que nacieron en la misma época, y que les otorgan cierta homogeneidad a los efectos de análisis o referencia, en relación a quienes se distancian en su nacimiento, 5, 10, 15 ó 20 años.

Uno de los rasgos de los tiempos que vivimos es que el ritmo de los cambios y transformaciones de las últimas décadas, supera en velocidad, magnitud e implicaciones a la que caracterizó los inicios del siglo pasado, o su segunda mitad inclusive. El paradigma tecnoeconómico, la globalidad comunicacional y la sociedad en red que hoy presenciamos, Castells dixit, han contribuido a que lo vertiginoso sea algo cotidiano en esta Aldea Global.

- Publicidad -

Si nos parece radicalmente distinto nuestra niñez, o lo que recordamos de ella, a la de nuestros padres y abuelos, al vivir, apreciar o ser parte como padres, tíos o abuelos de la niñez en la actualidad, de cómo crecen, juegan e interactúan los niños, los cambios son notables y en ocasiones hasta abismales.

En los años 50 o 60, un niño no podía meterse en conversaciones de adultos, y posiblemente ni siquiera le era permitido estar presente. A finales de los 70 e inicios de los 80, podíamos estar presentes, y en algunos casos, hasta participar en la conversación, a ratos. Pero un niño o niña hoy, no sólo está, y participa, sino que hasta puede ser fácilmente el centro de atención, con sus ocurrencias, preguntas, risas, con una espontaneidad a flor de piel que no deja de sorprendernos.

Hay muchos factores a tener en cuenta para ser buenos padres. Se me ocurre que, más allá de cualquier perfil que se pueda elaborar, al observar la gravedad de nuestra crisis societal y padecer los efectos de un gobierno que en analogía jurídica, debería comportarse como un buen padre de familia, dar el ejemplo y buscar siempre lo mejor para su hijos, pero no lo hace, y al contrario, se convierte en sí mismo, en su actuación y pensamiento en un verdadero anti-valor, que el rasgo que más se necesita a estas horas es la responsabilidad.

Porque ser padres implica hoy, en esencia lo que siempre ha significado desde tiempos inmemoriales: cuidar, proteger, querer, formar, educar y sobre todo amar. Los cambios tienen que ver no sólo con el equilibrio reciente en este rol entre padres y madres, sino con la apertura y sabiduría para aceptar el ímpetu, la inteligencia, precocidad y espontaneidad de nuestros pequeños.

En un mundo donde abundan los problemas, lo vicios, los malos ejemplos e influencia y sobre todo peligros de todo tipo, ser padres hoy significa reconocer la cantidad de recursos educativos, tecnológicos y comunicacionales que absorben su atención, y en muchos casos afectan su misma formación, socialización, desarrollo físico, mental y emocional. Es respetar sus etapas. Es dedicarles tiempo de calidad. Hablar y conversar mucho. Escucharlos. Enseñarles lo bueno y lo malo. Darles disciplina, hábitos, y darles tiempo también para jugar y soñar. Y que no se nos olvide: todo el amor posible. Que Dios nos acompañe en esa difícil pero hermosa labor…de ser padres hoy.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -