En hechos distintos fueron asesinadas la noche del sábado dos personas en la entidad larense, un adolescente de 13 años, en el sector 3 de La Batalla, al oeste de la ciudad y Héctor Miguel Díaz Núñez (22) ultimado en Las Clavellinas, al este de la región.
Estaba con su hermana
Un adolescente de 13 años, estaba sentado en la acera de su casa ubicada en el sector 3 del barrio La Batalla. Junto a él se encontraba su hermana de 14 años. Ambos estaban manipulando un teléfono celular.
Eran las 10 de la noche, cuando apareció un vehículo aparentemente una camioneta Caprice azul. Pasó por el frente hasta el final de la calle asfaltada, fueron hasta el final y dieron la vuelta.
Cuando iban pasando cerca de la casa desde el interior del vehículo un sujeto comenzó a disparar. La niña de 14 años corrió, al igual que el resto de los jóvenes que allí se encontraban.
El adolescente no corrió con la misma suerte: un proyectil lo alcanzó. Una sola herida en la cabeza, bastó para truncar su futuro.
El conductor de la camioneta arrancó hacia la avenida principal y se fueron sin dejar rastros, relató el señor Manuel Segovia, abuelo del adolescente.
Al mismo tiempo el cuerpo del adolescente se desplomaba en la esquina de su casa. Quedó sobre un gran charco de sangre.
Al ver lo sucedido, sus padres, agarraron al niño en brazos se lo llevaron hasta el CDI del Barrio Bolívar y gran parte de la comunidad se fue detrás de ellos.
El pequeño llegó sin signos vitales; no había nada que hacer.
Según informó su abuelo, la víctima fatal residía con su padre y su hermana. Era el tercero de cinco hermanos y estudiaba.
Atacados en la comisaría
El señor Segovia, aparte de lamentar la pérdida de su nieto, manifestó que en el momento en que venía el grupo de familiares hasta el CDI, un grupo de funcionarios que se encuentran detenidos en dicha comandancias, salieron armados y comenzaron a disparar en contra de ellos, sin saber que todos venían a saber del pequeño.
Asegura que la zona no es patrullada y la delincuencia está desbordada.
“No le podemos exigir nada a las autoridades, cuando ellos mismos arremeten contra nosotros”, expresó Segovia.
Sin embargo los funcionarios de la Policía indicaron que los familiares enardecieron al saber que el niño estaba sin vida y arremetieron contra los que allí estaban de guardia, tiraron piedras hacia el módulo policial y le reclamaban que ellos no hacían nada. Dijeron tener la intención de quemar la comisaría y tuvieron que pedir refuerzos por su seguridad.
Fue a reclamar y no regresó
Una hora antes del homicidio del adolescente, en la parcela El Tunal, ubicada en la calle principal, vía El Tanque en Las Clavellinas, de un disparo en la espalda le quitaron la vida a Héctor Miguel Díaz Núñez (22).
Yolanda Núñez, madre de la víctima fatal, cuenta que la persona que le quitó la vida es un joven que llegó a la zona desde hace siete años, procedente de El Jebe, siempre andaba armado y amenazaba apoderarse de la zona.
Díaz Núñez era un joven que no le tenía miedo a nada, ni siquiera a ese vecino armado, que trascendió se llama Engelbert Rodríguez, de aproximadamente 21 años.
Varias veces Rodríguez quiso amedrentar a Díaz Núñez y había discutidos en al menos tres oportunidades. Su madre siempre lo aconsejaba y le decía que no discutiera con ese joven pues andaba armado.
Díaz Núñez solo cruzaba palabras con Rodríguez, quien vive a tres casas de la suya, pero la noche del sábado se esteró que Rodríguez estaba hablando mal de él, lo señalaba de haberse robado los cables de un rancho.
Díaz Núñez salió de su casa bravo y fue hasta una vivienda abandonada que usan los jóvenes para reunirse y beber. Allí encontró a Rodríguez, a quien le reclamó y los ánimos se caldearon hasta el punto que se agarraron a golpes. Los amigos de Rodríguez los separaron pues el joven le estaba ganando la pelea.
Díaz Núñez decidió dejar eso así e irse para su casa, pero Rodríguez no, se fue detrás de él para vengarse, sacó un arma y le disparó por la espalda.
El joven cayó mal herido. Fue trasladado hasta el Hospital Militar Dr. José Ángel Álamo, de Barquisimeto, pero a los minutos falleció.
La víctima fatal era el segundo de tres hermanos y se ganaba la vida atendiendo un puesto de perro caliente, propiedad de su padre, ubicado en la carrera 18 con calle 17, cercano a la avenida Vargas.
Por ambos crímenes funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc investigan.
Sobre la muerte del adolescente indagan su entorno familiar, a fin de determinar si se trata de alguna venganza en contra de alguno de los miembros de la familia o el hecho fue directamente con el adolescente. Sobre el homicida de Díaz Núñez, el cual está plenamente identificado, se conoció que el mismo fue sacado por su propio padre de Las Clavellinas y se encuentra evadido de la justicia.
Los residentes de esa zona también indicaron que era una persona que los mantenía azotados.
