El presidente de Guatemala se abstuvo el sábado de presentarse ante la comisión del Congreso que le investiga en un caso de defraudación al fisco, pese a que Otto Pérez Molina fue citado para ello y que en su última comparecencia televisiva había dicho que “daría la cara” ante las acusaciones de corrupción en las que se ha visto involucrado y que han llevado a grandes sectores de la sociedad guatemalteca a exigir su dimisión.
Tal y como había previsto el viernes el vocero presidencial Jorge Ortega, y como sospechaban muchos guatemaltecos, el mandatario optó por acogerse a una prerrogativa legal que le permite declarar ante la comisión por escrito, como ya hizo anteriormente en una situación similar. Aunque podría haber enviado a un abogado del Estado optó por mandar a uno particular, César Calderón, quien entregó sus respuestas a los diputados.
Fuera del Congreso un par de centenares de personas _entre ellos muchos niños con globos azules y blancos y banderas de Guatemala_ protagonizaron el sábado un nuevo acto de protesta de tono lúdico y festivo que con el lema (hash)pintomifuturo invitaba a todos los menores a dibujar sobre el país en el que deseaban crecer.
“¿Qué se siente tener un presidente corrupto?”, preguntó un manifestante de los más atrevidos a uno de los policías que custodiaba una entrada de la sede parlamentaria. El agente, parado ante la puerta y con las manos a la espada, no salía de su asombro. “No sé qué decir”, balbuceó a modo de respuesta.
Gabriel Wer, de 33 años, y miembro del colectivo (hash)JusticiaYa, convocante de la protesta, no se mostró sorprendido por la ausencia de Pérez Molina. «Era de esperar (que no se presentara). No viene para no exponerse. La comisión podría cuestionarle y hacerle preguntas y no puede permitirse eso».
Wer es uno de los muchos guatemaltecos que dijo estar “a la expectativa” ante lo que pueda pasar de cara a los comicios previstos para el 6 de septiembre. “Queda una semana para la elección y ni se habla de eso. A la gente ha dejado de importarle. Solo quiere que se retrasen las votaciones y que el presidente renuncie”.
Mientras tanto, en el interior del Congreso, la sesión de la comisión continuaba luego del mediodía del sábado. La convocatoria al presidente, anunciada el viernes, era una de las primeras acciones de esta comisión que planea finalizar su labor la semana próxima para que el pleno del Congreso pueda decidir entonces si retira o no la inmunidad a Pérez Molina.
La fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala solicitaron a la Corte Suprema de Justicia iniciar los trámites de antejuicio contra Pérez Molina por considerar que existen indicios de una presunta participación en la red denominada “La Línea”, en la que funcionarios y particulares recibieron sobornos de empresarios con el fin de ayudarles a evadir impuestos, desfalcando así al fisco por millones de dólares.
La Procuraduría General _que representa jurídicamente al Estado_ y la Contraloría General de Cuentas, organismo auditor de las cuentas del Estado, solicitaron por separado el miércoles a Pérez Molina que renuncie al cargo “con el fin de evitar la ingobernabilidad que traiga como consecuencia la inestabilidad de la nación”, y “en aras de mantener la paz social y ante las demandas de distintos sectores de la población…”
Pero el gobernante, cuyo mandato de cuatro años concluye el 14 de enero de 2016, ha afirmado que no renunciará.
En el país se han registrado manifestaciones callejeras multitudinarias para pedir la renuncia del Pérez Molina y el fin de la corrupción, mientras se agudiza la crisis política. Se prevé que las marchas podrían repetirse el sábado por la tarde.
Al menos 14 miembros de su gabinete entre ministros, secretarios, comisionados y viceministros han renunciado al cargo y hay un centenar de personas bajo investigación.
La exvicepresidenta Roxana Baldetti, de quien las autoridades aseguran recibió sobornos de la red, está detenida en torno al caso. Renunció al cargo el 8 de marzo, pero ha negado haber participado en los hechos.
