Baja popularidad, crisis económica y encuestas desfavorables al gobierno de Nicolás Maduro ante las legislativas de diciembre son el telón de fondo de la más reciente tensión con Colombia, con deportaciones masivas y cierre total de un sector de la frontera, dijeron analistas a la AFP.
España, Estados Unidos, Guyana y ahora Colombia: en este año de crisis el presidente Maduro se ha trenzado en sucesivas peleas con los gobiernos de esas cuatro naciones, siempre con el argumento de una conjura para derrocarlo.
En la última semana Maduro cerró a cal y canto un corto pero muy activo sector de la frontera con Colombia, deportó a más de un millar de colombianos (en Venezuela viven mas de cinco millones), hizo derrumbar la casas precarias en las que habitaban, denunció una y otra vez que la zona estaba tomada por paramilitares colombianos y finalmente ambas capitales llamaron a consulta a sus embajadores.
Esta crisis con Colombia «forma parte de las cortinas de humo en función de las elecciones» del 6 de diciembre en las que los sondeos dan ventaja a la oposición, dijo Francine Jácome, directora del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos.
Maduro «necesita mover el escenario, desviar el foco del debate hacia un tema donde tenga algo que ganar. (El) no puede ganar un debate sobre desabastecimiento, inflación, inseguridad, caída de producción, deterioro de inversiones, pérdida de confianza, devaluación…» explicó a la AFP Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis.
Contrabando rentable
En un episodio que según Maduro colmó su paciencia, desconocidos balearon el 19 de agosto a tres militares y un civil venezolanos que realizaban una operación contra el contrabando en San Antonio del Táchira (este, fronterizo con Colombia).
Esa y otras localidades limítrofes son escenario de un intenso trasiego ilegal de gasolina y otras mercaderías, un viejo fenómeno que se profundiza por los altos subsidios y el control de precios que aplica el gobierno venezolano, sostiene Luis Vicente León.
En la frontera de 2.219 km operan bandas criminales surgidas tras el desarme de unos 30.000 paramilitares de derecha colombianos entre 2003 y 2006, así como las guerrillas de izquierda FARC y ELN.
Autoridades de ambos países aseguran que esos grupos se han financiado con el narcotráfico, pero León advierte que hoy es mucho más rentable el contrabando.
A raíz del ataque, que atribuyó a paramilitares, Maduro decidió el cierre de la frontera en seis municipios, en los que declaró el estado de excepción.
Esas medidas, así como las primeras deportaciones, forzaron además la salida de al menos 5.000 colombianos, algunos de los cuales habían sido desplazados años atrás a Venezuela por la violencia en su país, según se informó desde la ciudad colombiana de Cúcuta.
Acción típica de campaña
Con más de 20 puntos por debajo de la alianza opositora en la intención de voto, León sostiene que el despliegue en la frontera es una «acción típica de campaña», en momentos en que la oposición plantea un referendo para revocarle el mandato a Maduro en caso de tomar el control del parlamento por primera vez.
«Todo apunta a que lo que está haciendo es para tener un impacto político, más que para resolver el problema económico detrás del contrabando», estimó León.
Maduro, agregó León, desvía el foco a la frontera. «Le va a decir a los venezolanos: estamos cerrándola porque la comida que te traemos barata con mucho esfuerzo se la llevan los colombianos; porque tu gasolina se está yendo para que la vendan en Colombia».
Maduro enfrenta el descontento de una ciudadanía aquejada por la escasez de dos tercios de los productos básicos, una inflación que según expertos alcanzó tres dígitos y la inseguridad que ubica a Venezuela como el segundo país con mayor tasa de homicidios del mundo.
El gobierno busca difundir la idea de que «el contrabando es la principal causa de la escasez», afirmó en la misma línea el politólogo John Magdaleno, quien sostiene que esto coincidiría con la inminente llegada de grandes importaciones de alimentos y medicinas para abastecer el país poco antes de las elecciones, ya que los escasos recursos de divisas se habrían «concentrado para este último trimestre».
Entre tanto en San Antonio del Táchira, pese a casi una semana de cierre fronterizo, las extensas filas para comprar productos básicos continuaban el jueves en comercios custodiados por militares con armas largas, constató un reportero de la AFP.