El monto diario de un ticket de alimentación oscila entre los Bs. 75 y Bs. 112.50 (0.50 y 0.75 de la Unidad Tributaria de Bs. 150), lo cual resulta insuficiente para un consumo en hora del almuerzo en la calle. El valor de un menú ejecutivo fluctua entre los Bs. 360 y Bs. 600, por lo cual se requerirían como mínimo, tres bonos y medio.
Como resultado de dicha cuenta, los empleados venezolanos, desde hace ya varios meses, han optado por llevar su comida al trabajo y comer menos en calle.
Sin embargo, preparar el almuerzo en casa se ha convertido en un gasto que descuadra muchos presupuestos familiares.
Lo relató Jorge Montiel, mientras esperaba ser atendido en un frigorífico de Barquisimeto, donde compraría un kilogramo de pollo picado, para preparar arroz con pollo, al menos dos veces por semana; el plato, además de económico es rendidor.
Montiel comentó que en su hogar trabajan él y su esposa, entre los dos suman menos de Bs. 5.000 en tickets de alimentación. Manifestó que el dinero sólo les alcanza para comprar un kilogramo de carne en bisctek, un kilogramo de carne molida, un pollo y charcutería, artículos que les alcanzan para doce o quince días, “sabiéndolos administrar”.
Por razones como esta han apelado por preparar dos veces por semana arroz con pollo, aunque el arroz se ha vuelto escaso.
Otra persona en el establecimiento, quien prefirió reservar su identidad, agregó que las familias también han optado por prepara pasta con salsas de vegetal o atún, o simplemente acompañar el arroz con atún o hígado de res.
En ocasiones estas preparaciones pueden no estar acompañadas de alguna salsa o aderezo, puesto que el kilogramo de tomate, al igual que el de cebolla, es de aproximadamente Bs. 380, lo cual también les resulta costoso.
Los granos han desaparecido de los envases para llevar la comida al trabajo.
Al consultarles por qué no comprar carne a precio regulado, Montiel aseguró no tener el tiempo suficiente para hacer largas colas por esta, lo que además le parece “denigrante”.
Ante el elevado costo de los alimentos, los trabajadores aplican entonces a la inventiva, a fin de llevar su almuerzo para el trabajo y continuar la faena.
