Tanto criticar a Donald Trump para terminar imitándolo. No habíamos pasado la indignación sobre las declaraciones inhumanas y xenófobas del candidato republicano en cuanto a la construcción de un muro entre México y Estados Unidos, cuando nos sorprende en nuestro propio territorio Nicolás Maduro con una jugada electorera al más puro estilo Nazi. Así como el Tercer Reich de Hitler se construyó sobre la premisa social de que la culpa de los males económicos de Alemania para la época la tenían los comerciantes judíos, ahora Maduro pretende sostenerse a toda costa en el poder acusando a los colombianos de nuestra crisis. Sabíamos que venia otro “Dakazo” antes de las parlamentarias, pero no creo que nadie haya podido advertir una estrategia tan vil y déspota que dejó el concepto de “patria grande” reducido a cierre indefinido de frontera, deportaciones y persecución.
La suma entre el estado de excepción y la actuación de las OLP da como resultado una sola cosa: Dictadura. Un globo de ensayo que pudiera ser aplicado luego en todo el territorio con consecuencias dramáticas e irreversibles. Así que aquellos incautos que celebraron la militarización de los barrios creyendo que era para combatir el crimen, deben comenzar a entender que tarde o temprano la OLP tocará su puerta y ya sin ningún estorbo constitucional. Esto es contra todos.La estrategia de guerra sicológica es simple, primero catalogan de “plaga” a los bachaquerospara luego asociar este último a los colombianos y a la oposición. Todo para justificar la acción tirana, opresora e inconstitucional de los militares que solo tienen un propósito: Preservar los privilegios del poder. Y mientras tanto, el Gobierno desvía la atención para sacudirse su responsabilidad en cuanto a la quiebra del país. Ya nadie habla del kilo de caraota o del cartón de huevos. Así de macabro.
Ser complaciente con la guerrilla colombiana invasora, al tiempo que se es déspota con los civiles colombianos residentes, es una canallada histórica de Maduro. Es nuestro Gobierno el único responsable de la crisis y el principal bachaquero del país que comercia el dólar a tres tipos de cambio diferentes con más de 3 mil por ciento de diferencia entre un precio y otro. ¿Cómo se llama eso? Ese es el origen del contrabando y la corrupción que alimentan las mafias cívico-militares “rojas rojitas”. Pero en vez de tomar medidas económicas que rectifiquen esas distorsiones, prefieren ejecutar operaciones militares que solo agravan el problema. Ya todos sabemos qué pasó después del “Dakazo” y nadie duda de las nefastas consecuencias que tendrá esta nueva ola de persecuciones selectivas con fines exclusivamente políticos. Estamos obligados a resistir y a votar para comenzar el cambio impostergable que logre rescatar al país para sacarlo del abismo en que se encuentra. Derrumbemos el muro de Maduro.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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