Continúa en el estado Táchira el estado de sitio implementado desde el Ejecutivo nacional en los municipios Bolívar, Pedro María Ureña, Junín, Capacho Viejo, Capacho Nuevo y Rafael Urdaneta fronterizos con Colombia, vecino país donde al estado de excepción se le conoce como estado de conmoción interior, indicó José Gregorio Hernández, corresponsal en Táchira para el diario La Nación.
Precisó que habitantes de estos pueblo andinos no salen del asombro ante esta inesperada medida que no solamente implica el cierre de la frontera entre Caracas y Bogotá, capitales de ambas naciones, sino que además contribuye a deteriorar aún más la situación económica interna que viene padeciendo el venezolano, la cual se agudizó este hace dos año.
Adujo que quienes viven en estos municipios se sienten atribulados ya que está limitada temporalmente la garantía de privacidad en el hogar y todo recinto privado puede ser allanado sin orden judicial.
Asimismo, tienen restringido el libre tránsito, cambiar de domicilio y residencia, ausentarse de la República y volver, trasladar sus bienes y pertenencias en el país, traer sus bienes al país o sacarlos.
Además, a estos tachirenses no se les garantiza el secreto e inviolabilidad de las comunicaciones privadas; no pueden reunirse públicamente ni manifestar.
En materia económica quienes viven en estos seis municipios bajo el decreto de excepción tienen coartado el libre desenvolvimiento de la actividad económica de su preferencia.
Se trata de seis garantías consagradas en los artículos 47, 48, 50, 53, 68 y 112 de la Constitución, que dejan desprotegidos a los ciudadanos del estado Táchira, frente a funcionarios a cargo de velar por el cumplimiento de esta decisión tomada el 21 de agosto en Miraflores.
De acuerdo a lo dicho por el presidente Nicolás Maduro, el propósito de este mecanismo constitucional es contrarrestar el paramilitarismo, la delincuencia y el bachaqueo traducido en contrabando de extracción, principalmente de alimentos, lo que ha contribuido con la escasez de productos de primera necesidad y de esta forma devolverle la paz a la zona.
Temores
Ante el temor de allanamientos sin órdenes judiciales, se conoció de personas del municipio Pedro María Ureña en Táchira, que este martes derramaron gasolina en los baños de sus viviendas que tenían presuntamente acaparada.
El alcalde de dicho municipio, Alejandro García, alertó a la población de esta acción y la consideró una bomba de tiempo por parte de contrabandistas y teme ocurra una explosión o contaminación ambiental en la zona, ya que en el barrio La Esperanza se había reventado una cloaca por esta misma razón.