En el caserío Limoncito, al norte de Duaca, a un lado de la vía hacia Aroa, se encuentra algo que bien puede ser considerado como otro monumento a la desidia del Gobierno nacional.
Se trata del puente sobre la quebrada Guaiguayure, que apenas estuvo en servicio unos meses pues, poco tiempo después de haber sido inaugurado, una crecida se llevó las bases del extremo oeste.
Desde entonces, varias veces los vecinos de Limoncito han visto llegar cuadrillas de obreros de la gobernación y del Ministerio de Tránsito Terrestre para adelantar los trabajos de reconstrucción de la estructura, pero a los pocos días desaparecen y todo sigue igual de abandonado.
Ese puente es indispensable para los agricultores de la zona de Guaiguayure, al norte del municipio Crespo, pues cuando llueve fuerte la quebrada crece no permitiendo el paso de los vehículos, impidiendo el traslado de los productos agrícolas hacia los centros de distribución.
Temen que al entrar de lleno la temporada lluviosa más de una vez deberán quedarse de un lado u otro, esperando baje la corriente para poder pasar.
En la actualidad todo está cubierto de monte, lo que agrava aún más el deterioro de la estructura ferrosa.
A pocos metros de allí se encuentra el paso “provisional”, habilitado también hace años cuando una crecida de la misma quebrada se llevó la mayor parte de la carretera, dejando apenas un canal.
Allí también se iniciaron trabajos de recuperación total de la arteria vial, pero, además de la construcción parcial de unos gaviones, nada más se hizo y parte del trabajo se está perdiendo, constituyéndose el paso en un tramo sumamente peligroso para los viajeros, en especial en horas de la noche.
“Uno se asusta de noche cuando oye los frenazos de los carros porque cree que son choques, pero, milagrosamente, hasta ahora no ha ocurrido una tragedia”, explica Carmen González, vecina.
No recuerda la fecha en que vieron a trabajadores en el lugar, pero calcula fue hace seis años.
Lo que si sabe es que por lo angosto del paso vehicular frente al caserío Limoncito se han registrado unos cuantos accidentes.
Es que apenas hay espacio para un vehículo, pero si se trata de camiones o gandolas que coinciden en el tramo los choferes debenponer en práctica todas sus experiencias para no colisionar.
Tanto ella como los usuarios de tan transitada vía, sobre todo los conductores de unidades de la ruta Duaca-Aroa, hacen un llamado a las autoridades rergionales del MTT para que gestionen los presupuestos necesarios y que el tramo frente a Limoncito tenga nuevamente al menos dos canales de circulación.
Por otra parte, jóvenes del caserío y de otros de la zona, como Joaquín Mendoza, hicieron un llamado al alcalde Miguel Valecillos para que sea recuperado el campo deportivo.
Explicó que un día llegaron obreros y máquinas para recuperarlo pero lo único que hicieron fue destruir lo que tenían para practicar deportes como béisbol, fútbol y baloncesto, y ahora el campo está convertido en una selva donde debe haber hasta animales salvajes.