La situación de gran cantidad de venezolanos que se encuentran varados en la frontera colombo-venezolana por Norte de Santander y Táchira tiende a agravarse ante la incertidumbre de no saber cuando se les permitirá el paso a nuestrto territorio.
La mayoría se ha quedado sin dinero para alimentarse o pagar hospedaje, viéndose obligados muchos de ellos a dormir a la intemperie con la esperanza de que en algún momento se les permita cruzar el puente internacional Simón Bolívar que comunica a Villa del Rosario con San
Antonio del Táchira y viceversa.
Los uniformados de la Guardia Nacional y del Ejército hacen cumplir estrictamente el Estado de Excepción decretado por el Presidente, como una forma de combatir el contrabando de extracción y otras actividades delictivas en la franja fronteriza.
Hombres y mujeres, muchas de ellas con niños pequeños en sus brazos, permanecen desde el miércoles en el extremo colombiano del puente y de nada valen los argumentos ante los militares para que se les permita pasar.
“Yo vine a Cúcuta a buscar una medicina para mi papá porque no la consigo en Venezuela y aquí estoy varada desde el miércoles”, decía una angustiada mujer luego de rogarle infructuosamente a los militares cruzar el puente.
En el grupo de impacientes viajeros también estaban varios brasileros que venían a participar en un evento evangélico en Venezuela.
“No dejan pasar a nadie y no sabemos hasta cuando será esto”, expresaba un señor mayor que trataba de cubrirse de los rayos solares con un cartón.
Cabe destacar que en esa zona las temperaturas ascienden hasta los 40 grados, lo que ha provocado desmayos en algunas personas, las cuales recibieron atención médica en una de las ambulancias que el gobierno nortesantanderiano envió al lugar.
Extraoficialmente se conoció que en horas de la noche, aprovechando la oscuridad, algunas personas logran ingresar al país por las llamadas “trochas” abiertas en la zona boscosa, cruzando el río Táchira que se encuentra seco.
Otros, cuyas familias se encuentran en el lado colombiano por residir allí, se limitan a comunicarse a gritos o mediante señales con las manos.
Para el gobierno colombiano, la situación también es preocupante y este domingo se celebró en Cúcuta una reunión de emergencia encabezada por el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo.
Por otra parte, ayer continuaban llegando colombianos detenidos en Venezuela por estar indocumentados, calculándose en 500 las cantidad hasta el mediodía.
Muchos procedían del sector conocido como La Invasión, donde, según varias denuncias, los militares ingresaron a sus casas y los sacaron, destruyéndolas luego, apoyados en el Estado de Excepción.