Venezuela se despidió este domingo, sin hacer ruido, de cuatro de sus participantes, el marchista Richard Vargas (20 kilómetros), Alberth Bravo (400 metros) y las velocistas Andrea Purica y Nediam Vargas (100 metros).
Bravo se despide parcialmente, sólo de la prueba individual, ya que forma parte del equipo nacional de relevos 4×400 metros. La primera decepción del día la vivió el marchista Vargas, que acabó con un tiempo de 1h28:18, en el puesto 46º del total de 51 que terminaron la prueba.
“Este año, al principio de temporada, tuve un buen registro que me clasificó a Juegos Olímpicos. Me entrené fuerte, pero enfermé mucho este año. Vine a ver cómo me iba y vivir esta experiencia. Espero mejorar en Rio, estoy empezando”, señaló Vargas, revelando que tuvo gripe la pasada semana y que no ha podido recuperarse al 100%.
Después corrió en la primera ronda de los 400 metros Alberth Bravo (45.28), séptimo en su serie de ocho y 28º del total de participantes, con lo que no pudo entrar en las semifinales.
“Es mi tercera marca personal, pero todavía me falta para estar en este nivel. Me gustó mucho competir. Ahora competiré en relevos con el equipo, tenemos chances de ir a la final, es la esperanza de Venezuela”, afirmó.
En los 100 metros, Andrea Purica (11.62) y Nediam Vargas (11.51) fueron últimas en sus respectivas series, cerrando el mal día del atletismo venezolano en Pekín.
“No era el resultado que esperaba, estaba para cosas mejores. Demasiado presión corriendo al lado de la campeona olímpica (Shelly-Ann Fraser-Pryce). Tenía presión psicológica, pese a que intenté no ponerme nerviosa”, señaló Vargas.
“No estoy conforme con mi participación. La experiencia fue algo abrumadora, estoy recuperándome de una lesión, pero me faltan competencias”, dijo Purica.
La gran esperanza de la delegación criolla de al menos entrar a una final es la martillista larense Rosa Rodríguez, quien viene de ganar el oro en los Panamericanos de Toronto y compite entre martes en la noche y madrugada del miércoles, hora venezolana.