El Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) tildó el lunes de injerencista una declaración del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la que estimó necesaria la participación del organismo en los comicios legislativos del 6 diciembre.
El CNE «rechaza enérgicamente las declaraciones injerencistas del Secretario General de la Organización de Estados Americanos por ser violatorias de los principios y propósitos de la Organización de Naciones Unidas, del Derecho Internacional y del ordenamiento constitucional» de Venezuela, señaló el órgano electoral en un comunicado.
En una entrevista con la revista colombiana Semana publicada el domingo Almagro reiteró su ofrecimiento para que la OEA actúe como observador en unas elecciones que podrían marcar el fin de la mayoría chavista por primera vez en 16 años, según encuestas privadas.
«El 6 de diciembre, como en cualquier elección en nuestros países, es un punto de inflexión y por eso el proceso tiene que ser el más transparente y el más legítimo. Los niveles de desconfianza, que son públicos, entre gobierno y oposición, hacen necesario un garante reconocido para ese proceso», expresó el excanciller uruguayo.
Acusado por la oposición de vínculos con el oficialismo, el CNE indicó que la Secretaría de la OEA tiene «atribuciones exclusivamente administrativas», y afirmó que Almagro es el «heredero del desprestigio y desconfianza» del organismo interamericano.
Hasta ahora, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es el único organismo internacional convocado por el CNE como «acompañante electoral», pero la variopinta coalición opositora venezolana reclama con insistencia la participación de la OEA, según dice para evitar un «fraude».
Por ley, la figura de «acompañante electoral» tiene limitadas sus funciones a hacer recomendaciones sobre los comicios y reemplaza a la de observador internacional.
Almagro anunció que insistirá en su ofrecimiento para evitar la violencia postelectoral, como según dijo ocurrió en los dos últimos procesos: la elección del presidente Nicolás Maduro en abril de 2013 y unas votaciones locales a fines de ese año, desórdenes en los que, afirmó, «muchos venezolanos de ambas partes murieron».
Las elecciones parlamentarias se presentan cruciales para Maduro, que tiene bajos índices de popularidad en medio de la crisis económica, según sondeos, y ante advertencias de la oposición de que asumiendo el control de la Asamblea impulsará un referendo para revocarle el mandato.