En el año 2010, Sharon Stone sintió que había tocado fondo. Hacía el papel de asistente de fiscal en la serie «Law and Order: Special Victims Unit» y lamentó que después de haber compartido pantalla con grandes como Robert De Niro, se tuviese que conformar con un papel en la pantalla chica.
«Era humillante», ha dicho a la revista «Harper’s Bazaar», para la que ha posado completamente desnuda. «Había trabajado con las personas más finas de la industria, y yo estaba como:’ Wow, de verdad estoy al final de la línea aquí'», ha dicho, confesando que se sentía humillada porque también tenía muchos problemas para memorizar los diálogos, todo debido a un derrame cerebral que sufrió en 2001.
Hasta hace poco tiempo no se había conocido de forma pública que Stone hubiese sufrido un derrame cerebral. La actriz ha hablado más sobre el tema en la entrevista con «Haper’s Bazaar» y sobre cómo ese episodio tuvo un gran impacto en su vida.
La actriz ha recordado que se había sentido mal durante unos tres días, y cuando fue a la sala de urgencias, el diagnóstico fue peor de lo que pensaba: había sufrido un derrame cerebral, y se desmayó tras conocer la noticia. La actriz ha señalado que lo primero que le preguntó al médico fue si ella estaba muriendo. El doctor le dijo que estaba sangrando en el cerebro y ella ha recordado que pensó en llamar a su madre. «El médico me dijo: ‘Estás bien, pero puedes perder la habilidad para hablar pronto'». Su madre voló lo más pronto que pudo par estar con ella en el resto de las pruebas médicas.
Días después, Stone fue diagnosticada con la ruptura de una arteria vertebral, que había ocasionado el derrame. «La hemorragia era tan fuerte que mi cerebro había sido empujado hacia la parte delantera de mi cara», ha dicho. Los médicos le repararon la arteria con 22 espirales de platino.
La cirugía fue lo de menos, ya que el derrame le había afectado de otras formas que ella fue conociendo poco a poco. «Dos años le tomó a mi cuerpo absorber todo el sangrado interno. Sentí como si mi ADN hubiese cambiado. Mi cerebro no está ubicado en el mismo lugar, mi tipo de cuerpo ha cambiado y he incluso mis alergias alimenticias son distintas», ha dicho.
El derrame le afectó la movilidad en la pierna izquierda, y su visión. Stone ha señalado que le tomó meses recuperarse de esos efectos así como también de una tartamudez persistente que le apareció tras el derrame.
Después de su lucha, dice que le han quedado cosas buenas. «Ahora tengo más inteligencia emocional. Trabajo fuerte para abrir otras partes de mi mente. Soy más fuerte. Pero también puedo ser abrasivamente directa. Eso asusta a las personas, pero creo que no es mi problema. Digo: ‘Tengo daño cerebral, vas a tener aguantarte'», ha confesado entre risas.
En 2010, cuando hacía el papel que tanto le puso los pies en la tierra, en lugar de encerrarse y sentir lástima por ella misma, decidió que tenía que emprender de nuevo el duro camino. «Pensé, ‘¿sabes qué? Me han lanzado del tren bala, así que voy a tener que subir por esa montaña repleta de cristales rotos y montarme de nuevo en ese tren que va a millones de millas por hora y trabajar en mi camino para llegar al sitio en el coche que me había ganado», ha dicho la actriz de 57 años.
«Así son la cosas. Y es mejor ser humilde, callarse y hacer el trabajo porque si no podía hacer esto, lo más probable es que no pudiera hacer más nada», ha confesado la actriz. En otoño Stone protagonizará una nueva serie, «Agent X», que también produce.
