Dicen quienes les han oído, que ya no aguantaban más en un país, que en su momento fuera un puerto seguro donde les ofrecieron trabajo pagado en dólares, vivienda en hoteles cómodos y reconocimiento oficial por unos títulos, que pocas veces se equiparaban en conocimientos y experiencia, a los de colegas médicos locales, diestros en trabajar desde su ingreso a la carrera en “medicina de guerra”, ejercida en hospitales abarrotados de pacientes, de estructuras inadecuadas hoy, sin insumos médicos, pabellones en desuso, bajos salarios. Eficaces especialistas formados en universidades rigurosas, que no se daban cuartel en la atención de numerosos pacientes, que encubrían en las estadísticas oficiales, la desatención continua a pacientes y enfermedades , algunas de las cuales habían desaparecido desde el siglo pasado.
Dicen, que salvo los dedicados a medicina deportiva y fisioterapia, los demás se hartaron en las llamadas Misiones de Barrio Adentro, de la pérdida de credibilidad generada por diagnósticos equivocados, que corrieron de boca en boca por callejones y quebradas atizadas por el llanto y la rabia. Que ya nos les pagaban a tiempo y que volvieron a sentir los rigores del desabastecimiento crónico de su lejana Cuba, ahora vivido en un país petrolero, Venezuela, la misma cuyas costas de Paria sedujeran a Colón al punto de haber creído llegar al Paraíso.
Dice la prensa que Migración Colombia, afirma haber deportado este año 603 cubanos que entraron ilegales a Colombia “desertores” de las Misiones médicas en Venezuela, aspirantes a entrar al programa especial de visas de EEUU en la tierra del Coronel, y que aún aguardan 117 a la espera, todos, de esa “carta” que por no llegar a los tres meses de ser solicitada los convierte en deportables. Las cifras extraoficiales hablan de mil cuyo destino final de no darse la visa es se antoja difícil, pues el regreso forzado les inhabilita para ejercer su profesión de técnicos y de egresados de la llamada “medicina preventiva”.
Dicen los que navegan por las aguas profundas del análisis político, que el pacto Fidel/Chávez surge como consecuencia de la caída de los socialismos reales en Europa del Este a través de 3 vínculos : 1.- El económico, mediante la subvención petrolera, fracturada hoy no por la caída de los precios del petróleo como pareciera a simple vista, sino por la relación y acuerdo Obama/Raúl, que lanza al piso el pacto aludido. 2.- El Militar, con la sistemática participación de la “inteligencia cubana” en garantizar y fortalecer el chavismo en el ejército. Asunto que sigue generando contradicciones y detenciones militares. 3.- El Social, con “Barrio Adentro”, garante de la penetración ideológica-política desde la fachada de asistencia social.
Visto así, quizás se entienda la huída de los cubanos de las Misiones, las balsas que aún cruzan el caribe y las largas colas frente a la Embajada de los EEUU en La Habana, solicitando visa para emigrar, lo cual no ha de ser tomado a la ligera, dado su carácter de indicador de que las cosas en Cuba, parece que cambiarán pero no a grandes pasos como se cree. El aparato represivo no se disolverá sino a costa de las contradicciones que la nueva dinámica económica de la inversión privada y las transnacionales, producirá en la sociedad cubana.
En fin, que ya no sólo se dice sino que la maquinaria ha echado a andar. El pacto actual Obama/Raúl, es a las claras, resultado de la estrategia de Obama dirigida a poner punto final a la relación Cuba-Venezuela, como resultado de cambiar el rumbo al proyecto político venezolano, mediante la transformación económica del modelo cubano. Dicen también en otras palabras, que se acabó la lámpara que lo alumbró…