La escalofriante historia de la banda de secuestradores de la familia Puccio, narrada en la película El Clan, de Pablo Trapero, batió este fin de semana el récord de taquilla para un estreno argentino, informó el ente local cinematográfico.
En sus primeros cinco días de proyección El Clan atrajo a casi 670.000 espectadores y superó así las marcas anteriores de las exitosas Relatos salvajes de Damián Szifrón, y Metegol de Juan José Campanella, señaló el Instituto Nacional de Cinematografía.
Coproducida por El Deseo, de los hermanos españoles Pedro y Agustín Almodóvar, se presentará en las secciones competitivas de los festivales de Venecia, Toronto y San Sebastián.
Mezcla de thriller con tintes políticos y melodrama familiar, el filme narra la tenebrosa doble vida de Arquímedes Puccio, en la rica periferia norte de Buenos Aires.
Exmiembro de grupos de ultraderecha, comandó una banda de secuestros extorsivos que cometió al menos tres asesinatos en los años 80, pese a que en todos los casos se había pagado rescate.
De sus cinco hijos, tres varones y dos mujeres, al menos dos de ellos actuaron en los delitos. Fueron los jugadores de rugby Alejandro Puccio, del Club Atlético San Isidro (CASI) y la selección Los Pumas, y su hermano Daniel ‘Maguilla’ Puccio.
Los tres asesinados eran acaudalados empresarios que conocían a los Puccio.
Arquímedes era un vecino respetable con amistades en la clase media alta. Nadie lo podía creer cuando fueron arrestados y se supo que encerraban y torturaban a sus víctimas en un baño y un sótano de la casa familiar. La esposa servía comida para los prisioneros.
«Reconstruimos un Frankenstein con Trapero», afirmó Guillermo Francella, quien encarna al padre. Francella cosechó premios como actor secundario en la ganadora del Oscar Ell secreto de sus ojos de Campanella.
El filme encuadra en las reflexiones de la filósofa Hannah Arendt sobre La banalidad del mal. Un hombre común y mediocre es capaz de cometer los más horribles crímenes. Un caso como el del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann. «La vida cotidiana está llena de momentos inconcebibles», declaró Trapero (Mundo grúa, Leonera, El bonaerense).
Trapero explora además en El Clan, las derivaciones del método de desaparición de personas en la última dictadura (1976-1983). Arquímedes tenía credenciales de agente secreto del Estado y era protegido por jefes militares. Al retornar la democracia en 1983, se convirtió en «mano de obra desocupada» de la represión.
Arquímedes y Alejandro fueron condenados a cadena perpetua. El primero salió en libertad por beneficios judiciales y murió a los 84 años en una ciudad de la pampa húmeda. El segundo tuvo cuatro intentos fallidos de suicidio, uno de ellos al arrojarse desde un quinto piso del Palacio de Tribunales. Falleció en 2008.
‘Maguilla’ nunca cumplió condena y huyó del país. La madre vive con otra identidad y una de las hijas murió enferma en 2011.