El sector construcción se mantiene a la espera de un llamado por parte del Ejecutivo nacional, a fin de estimular la actividad.
Explican que el Gobierno se ha limitado a la construcción de viviendas, abandonando así obras hospitalarias, viales, comerciales, industriales, acueductos, escuelas y otras.
Tal comentario fue realizado por el presidente de la Cámara Construcción en Lara, Frank Mendoza, quien además explicó que a la falta de suministros, se suma la carencia de dólares para el sector, que “nunca” ha sido incluido en subastas, lo cual trae como consecuencia un deterioro importante de equipos, maquinaria pesada y otros.
Apuntó que cerca del 65% de las maquinarias del sector se encuentra inhabilitado o en desuso por falta de repuestos.
Mendoza acotó como ejemplo que un caucho para retroexcavadora tiene el valor de Bs. 300 mil y este, con buen uso, puede tener una vida útil de año y medio, todo ello dependiendo del equipo, modelo y año.
Indicó que con las precarias condiciones de los equipos los trabajadores pueden correr peligro, por lo cual los mismos son sacados de uso.
El presidente de la cámara en Lara agregó que también se han visto en la necesidad de no practicar los mantenimientos semanales a los equipos, debido a la falta de insumos, que sólo podrían ser adquiridos con pago en divisas.
Equipos asiáticos
Mendoza acotó que si bien el Gobierno ha importado equipos novedosos, estos son de origen asiático y no están adaptados a las condiciones del trópico venezolano, por lo cual son muy susceptibles de daños. A esto agregó que en Venezuela no existen medios para su reparación.
Desestímulo al sector
Además expuso el desestímulo que representó para el sector, la orden de ocupación temporal de terrenos, según decretos del mes de julio, para construcción de viviendas de carácter social.
Destacó que sobre algunos de estos, pesaban proyectos de gran envergadura, lo cual a su vez representa desinversión en el medio
Mendoza asegura que el sector se encuentra a espera de un llamamiento para participar en las obras que se desarrollan en el país, muchas de las cuales, son abordadas por el Gobierno venezolano y empresas extranjeras, lo cual también representa un desestímulo.
“No hay apoyo. Estamos dispuestos a trabajar, pero si no nos llaman, ¿cómo contribuimos?”