Como parte del cronograma del Banco Central de Venezuela (BCV), fue ratificada, en Gaceta Oficial 40.724 , la tasa de interés máxima para tarjetas de crédito en 29% y la mínima en 17%.
El índice ha permanecido igual durante seis años y tal decisión no es más que una “política negativa”, comentó el exjefe de división de análisis de riesgo de la entidad, Orlando Zamora, quien además manifestó que tales medidas son muestra de que el organismo “no está utilizando las herramientas propias de la economía para incidir en esta”.
Calificó la actitud del Banco Central como “indiferente”, con lo cual dejan al poder Ejecutivo la resolución de los problemas. “Ya no son un banco autónomo, ni indican al Gobierno las medidas necesarias en el país”.
Sobre el valor negativo de la tasa, en comparación al índice inflacionario, el experto en Finanzas del IESA, Carlos Jaramillo, apuntó que el mismo es propio de la histórica económica en Venezuela”, producto de los altos índices inflacionarios.
“Aquí no hay tasas de interés positivas… En Venezuela no existe una política de tasas de interés que se muevan con el efecto de la inflación”, comentó.
Al consultarle sobre la falta de publicación de índices como el inflacionario y la negativa en el ajuste de tasas para tarjetas de crédito, Jaramillo apuntó que “si el país funcionara como se debe, todos estos datos se publicarían con la periodicidad necesaria… El problema es que lo que no se sabe se inventa con exageración”.
Sobre el comportamiento del BCV, en la publicación de una cifras y no otras, apuntó que probablemente, “no le queda más remedio que publicar las tasas de interés porque dichos datos son empleados para los cálculos de costo de préstamo”.
Las consecuencias
Al consultarle a Zamora,sobre las consecuencias de mantener una tasa de interés negativa, apuntó que el venezolano “se ve desmotivado a ahorrar”.
Recordó que la inflación proyectada es 168% y las tasa de interés promedio son del 24%, incentivando entonces el consumo, en medio del desorden fiscal.
Respecto al endeudamiento
Sobre el endeudamiento de los venezolanos, a partir de dichas tasas, Jaramillo apuntó que la persona puede aprovechar estas, siempre que esté en capacidad de hacer los pagos.
“Muchas veces el problema es que los sueldos crecen con una lentitud más pronunciada que la inflación… y llega el momento en el cual los ciudadanos no pueden pagar”.
Apuntó que sobre los sueldos del país compiten las deudas y los gastos cotidianos (mercado, colegio, transporte y otros), por tanto, en la actual situación económica tiene sentido endeudarse, pero tal decisión se debe tomar responsablemente y acorde con las finanzas propias.
Asimismo, recordó que en las economías inflacionarias el dinero pierde tanto valor que, al pasar los años, las cuotas de pago son “insignificantes”.
