El desabastecimiento se agudiza. No hay útiles, al menos no los suficientes para cubrir la demanda nacional. Con más del 90% de las líneas de producción paralizadas y una caída de casi 100% de las importaciones de productos terminados, el déficit en plena temporada en de 85%.
El mercado exhibe lo poco que queda de la mercancía que llegó con retraso en enero de este año. También se han matizado los estantes de las librerías con unos cuantos artículos de reciente adquisición, pero a precios con más de 500% de incremento debido al empleo de la tasa libre del dólar ante la imposibilidad de tranzar con alguno de los tipos de cambio oficiales.
La prometida subasta especial del Sicad para el sector que se anunció desde el ministerio de Comercio a mediados de junio no se ha efectuado. Luis Scarccioffo, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria Educativa y Materiales de Oficina (Caveo) reiteró que no han sido convocados a ningún proceso de oferta de divisas. Este año lo único que se han recibido son liquidaciones de otorgamientos de 2013 y 2014. Aún resta por ser cancelado a los proveedores internacionales un 30% de lo adjudicado en octubre.
Bajo ese esquema la realidad se traduce en nuevas líneas de producción que se paralizan, una escasez que se hará sentir con más fuerza en septiembre, y precios muy por encima de lo esperado en los pocos productos que se consiguen. La resma de papel tamaño carta que hace menos de un año costaba 500 bolívares, es ofrecida en dos mil 800 bolívares en algunos establecimientos y hasta en tres mil 600 en otra; lo mismo ocurre con los cuadernos que pasaron de 80 bolívares a 470 y hasta 650, y un libro de lectoescritura pasó de 500 a mil 135 bolívares.
La calidad de estos productos ha desmejorado como consecuencia de la escasez de materia prima. Ya no se utiliza papel base 20 para los libros y cuadernos sino uno más rústico, de menor gramaje y ya no es extrablanco sino gris. Todo esto es consecuencia de una necesidad de 200 millones de dólares que requiere la industria para abastecer el mercado de acuerdo a la demanda de la temporada.
En las ferias escolares la crisis es la misma. Los padres entran, ven precios y salen decepcionados. Una pega de 225 gramos es vendida en 626 bolívares, una caja de 24 colores 989, un compás dos mil 176, una tijera 218, una caja de 12 lápices Bs 135, un juego geométrico Bs 445 y un sacapuntas puede estar entre 90, 120 y 320 bolívares.