En horas de la mañana de ayer se llevó a cabo la autopsia de los dos cadáveres que fueron localizados la tarde del martes en el Asentamiento Campesino La Mata, sector El Asfalto, del municipio Palavecino.
La causa de muerte de ambos fue un disparo en la cabeza. En dicho examen forense, estaba presente la doctora Yaritza Berríos, fiscal cuarta del Ministerio Público, quien está a cargo de las investigaciones.
Allí mismo se confirmó las identidades de las víctimas fatales: Juan Bautista Yépez Hernández (32) y Richard José Pacheco Sousa (43), quienes son primos, aunque en una edición pasada se dijo que eran tío y sobrino, pero dicha situación fue aclarada por sus seres queridos.
Desaparecidos
Yépez Hernández estaba residenciado en la población de Túren, estado Portuguesa. Se fue hasta Sarare, municipio Simón Planas, para pasar unos días con su familia. Cuatro días tenía allá cuando se comunicó con su primo Pacheco Sousa, quien le dijo que iría de viaje a Barinas y él decidió pedirle la cola.
A las 4 de la tarde del 30 de julio, los primos se vieron en la parada La Cruz de Sarare, municipio Simón Planas, ambos andaban en un Toyota Corolla dorado y fueron hasta el sector La Parcela a casa de un hermano de Yépez a recoger su ropa. Allí compartieron por largo rato.
A las siete de la noche se disponían a salir del lugar y de la nada aparecieron cinco sujetos armados. Debido a la oscuridad de la zona nadie los pudo distinguir, pero interceptaron a Yépez Hernández y a Pacheco Sousa. Los montaron en el vehículo y se fueron.
Los familiares de Yépez Hernández, de inmediato alertaron a las autoridades de Sarare, pero no pudieron hacer nada; no supieron la dirección que agarró el vehículo.
De inmediato trataron de comunicarse al teléfono de ambos primos, pero ninguno respondía. Luego estaban apagados.
El 1° de agosto familiares de los primos, se dirigieron hasta el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), a colocar la denuncia de la desaparición de ambos. Desde la Brigada de Secuestro y Anti xtorsión, comenzaron a trabajar el caso, pensando que podrían llamar a sus seres queridos para solicitar algún tipo de rescate por el vehículo o las víctimas, pero pasaron los días y nada que se estableció contacto alguno.
El martes 11 de agosto, cuando Yépez Hernández y Pacheco Sousa tenían trece días desaparecidos, fueron localizados dos cadáveres en estado de descomposición en el municipio Palavecino; no tenían identificación alguna. Ese mismo día seres queridos de las víctimas alertaban a los distintos medios de comunicación sobre su desaparición.
Al día siguiente una de las hermanas de Yépez Hernández compró los diarios para ver la noticia y se topó con el hallazgo de los cuerpos sin identificar y al ver las fotografías, por la vestimenta se dio cuenta que era su hermano.
Yépez Hernández vestía una camisa de rayas negras y blancas, un mono azul y unas botas marca Colemán marrón, además de una pulsera. Pacheco Sousa blue jeans, camisa manga corta beige y zapatos casuales negros.
Los seres queridos de las víctimas se fueron hasta la morguecita en donde localizaron parte de la vestimenta y avisaron al Eje de Homicidios del Cicpc, que se trataba de sus seres queridos.
Sobre los hechos
Sabuesos del cuerpo detectivesco, el día del hallazgo, consiguieron los cuerpos con sus manos atadas con unos cables. Uno tenía las muñecas amarradas hacia atrás y el otro hacia arriba. Además tenían sus cabezas tapadas, uno con una bolsa y el otro con una especie de trapo.
Se cree que el sitio en donde fueron localizados fue usado como sitio de liberación y no de ejecución.
Así mismo, un día después de haber encontrado los cuerpos sin vida, el vehículo de las víctimas fue conseguido en el sector Torrelleras, del municipio Simón Planas. Estaba totalmente calcinado.
Por ahora los funcionarios de Secuestro y Homicidios están cruzando información con la investigación que llevan, recabada por la Fiscal Cuarta, del Ministerio Público que lleva el caso.
Los investigadores por ahora manejan como móvil del doble homicidio una resistencia al robo, sin embargo no descartan hipótesis alguna sobre lo sucedido.
Cabe destacar que Yépez Hernández estaba residenciado en el estado Portuguesa y se ganaba la vida como radio técnico. Tenía un taller de reparación de artefactos eléctricos en su vivienda, mientras Pacheco Sousa trabajaba con una distribuidora de artículos escolares, estaba residencia en Maracay, estado Aragua, y deja un hijo huérfano de padre.
Sus seres queridos estaban bastante afectados. Rindieron pocas declaraciones, pero no quisieron identificarse, solo pidieron que los hechos fueran investigados y se hiciera justicia, pues las víctimas eran personas trabajadoras.
