La estrategia que parece estar evaluando el Ejecutivo, de hacer frente al deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores, por los efectos de la fuerte inflación, a través de nuevos incrementos de sueldos, no resuelve el problema de fondo que es el estancamiento de la producción nacional que no satisface la demanda.
En efecto, el diputado del PSUV Jesús Faría, tras admitir que en el país existe una fuerte inflación, dejó entrever que el Ejecutivo tiene previstos nuevos ajustes salariales para compensar a los sectores de menores recursos, lo cual según analistas económicos, no es más que “pañitos de agua tibia”.
Para el mes de junio la Canasta Alimentaria del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), se ubicó en 32.023 bolívares; mientras la Canasta Básica que incluye los precios de los servicios, para el mismo período se ubicó en Bs. 54.204.69, reflejando un incremento de 26.5% con respecto al mes anterior, por lo que se requieren más 8 salario mínimos para aceder a ella.
La única manera de reducir la inflación, no es con nuevos controles, generando confianza para que fluyan las inversiones y se incremente la producción nacional, en cantidades suficientes que permitan satisfacer la demanda interna.