El Athletic de Bilbao dio una sonora campanada, al aplastar el viernes 4-0 al Barcelona en la ida de la Supercopa de España, gracias a un triplete de Aritz Aduriz en el segundo tiempo.
Fue la peor derrota sufrida por el Barsa bajo las órdenes de Luis Enrique, cuya decisión de alinear de inicio a una mayoría de suplentes resultó desastrosa para un equipo que esta misma semana había conseguido también la Supercopa de Europa.
Frente al debilitado y cansado plantel visitante, el Bilbao se concentró en neutralizar a Lionel Messi.
«Sabemos lo difícil que es vencer al Barcelona, y anotarle cuatro goles es casi imposible», destacó Aduriz. «Pero no podemos pensar que cuatro goles son suficientes contra el Barcelona en su estadio».
Antes de que Aduriz resolviera el encuentro, Mikel San José dio la ventaja al conjunto vasco a los 13 minutos, al aprovechar un mal despeje de Marc Andre ter Stegen y disparar bombeado casi desde la media cancha. El guardameta fue incapaz de volver a tiempo a su arco, tras salir hasta el balcón del área.
Ahora, el Barcelona deberá buscar la remontada el lunes en el Camp Nou para mantener vivas sus esperanzas de obtener seis títulos en un año. Esa proeza fue conseguida por el mismo club, en la primera campaña de Josep Guardiola como técnico.
En mayo pasado, Barcelona doblegó al Bilbao en la final de la Copa del Rey. Messi anotó el primer tanto de forma espectacular antes de hacer un segundo tanto para la victoria por 3-1.
Aquel Barcelona brillante pareció desplomarse desde las nubes el viernes. Careció de poderío al frente y de disciplina atrás.
Luis Enrique hizo muchas modificaciones respecto del once que comenzó el encuentro del martes por la Supercopa europea ante el Sevilla. El Barsa debió disputar la prórroga para imponerse en ese duelo, tras dilapidar una ventaja de 4-1.
Esa victoria representó el cuarto título del conjunto catalán en 2015, junto con la Liga de Campeones, la liga española y la Copa del Rey.
Pedro, quien anotó el tanto decisivo en la Supercopa continental, jugó de inicio en San Mamés, como reemplazo del brasileño Neymar, quien sufre paperas. Sergio Roberto jugó en lugar de Andrés Iniesta y Thomas Vermaelen, trató de apuntalar la defensa junto con Marc Bartral.
«Perdimos, pero nada está escrito aún», consideró el volante argentino Javier Mascherano. «Nos queda todavía la vuelta en casa, y hemos ganado muchos partidos por marcadores abultados. Sin embargo, será difícil».