La bandera estadounidense comenzó el viernes a ondear en la nueva embajada de ese país en La Habana tras una histórica ceremonia encabezada por el secretario de Estado John Kerry, quien exhortó a Cuba a desarrollar una auténtica democracia.
Al son de los tambores, tres soldados subieron la enseña patria estadounidense a un asta ubicada frente a la sede diplomática con el azul del mar como fondo y en medio de aplausos y vivas de los asistentes.
«Sabemos que el camino para unas buenas relaciones es largo», dijo Kerry en español. «No hay nada que temer».
Decenas de invitados especiales y centenares de cubanos que se acercaron a la nueva embajada fueron testigos del momento que simbolizó el relanzamiento de las relaciones diplomáticas. Una ceremonia similar tuvo lugar el 20 de julio en Washington con la sede isleña.
El discurso de Kerry incluyó párrafos completos en español pero partes medulares las leyó en inglés. La radio y televisión cubanas transmitieron toda la ceremonia.
«Estamos convencidos de que lo mejor para servir al pueblo cubano sería una auténtica democracia, donde la gente es libre de elegir sus líderes, expresar sus ideas, profesar su fe», dijo Kerry. «Corresponde a los cubanos forjar el futuro de Cuba», agregó el funcionario al destacar que la vieja política de aislamiento no dio resultados.
Los presidentes Raúl Castro y Barack Obama sorprendieron al mundo en diciembre al anunciar un proceso de normalización de las relaciones diplomáticas como un primer paso hacia nexos estables y fluidos.
Varios centenares de cubanos fueron a ver la ceremonia a través de vallas colocadas a unos 50 metros. Diego Carrión, un jubilado de 74 años, consideró respetuoso el discurso de Kerry. «Ahora bien pues para más democracia y más derechos humanos y libertad, pero para eso, que ellos nos levanten el bloqueo y así dan el ejemplo», consideró.
A lo largo de estas cinco décadas Estados Unidos impuso fuertes sanciones a la isla presionando por un cambio de sistema político, pero Obama aseguró que esa no era la forma y flexibilizó las medidas en enero, permitiendo por ejemplo más viajes.
Kerry arribó el viernes a Cuba para encabezar la ceremonia tras medio siglo de ruptura diplomática.
Vestido de traje azul y ayudado por un bastón, fue recibido en el aeropuerto capitalino por Lidia Margarita González, vicedirectora de protocolo de la cancillería.
Kerry completó con su presencia el protocolo que comenzó con una ceremonia similar el 20 de julio frente a la sede diplomática de la isla en Washington.
Con esta doble ceremonia se relanzan las relaciones diplomáticas bilaterales después del triunfo de la revolución cubana de 1959.
La nueva embajada estadounidense es un edificio vidriado de siete pisos ubicado frente al Malecón de La Habana y casi bañado por las olas del mar.
«Tenemos relaciones diplomáticas, ahora podemos ponernos a trabajar de verdad», dijo Wayne Smith, un diplomático estadounidense retirado que fue testigo del cierre de la delegación de su país en 1961, sirvió en Cuba durante la presidencia de Jimmy Carter y regresó a la isla para el acto del viernes.
Por la parte cubana estuvo la directora General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal, contraparte de Jacobson en los diálogos que permitieron el relanzamiento diplomático.
Aunque se quedará menos de 24 horas, se espera que Kerry tenga una apretada agenda que contempla encuentros con su par cubano, el canciller Bruno Rodríguez, con el cardenal Jaime Ortega y con líderes de la disidencia.
Esta constituye la primera visita en siete décadas de un diplomático estadounidense de su nivel luego de que Edward R. Stettinius estuviera en la nación caribeña en marzo de 1945 bajo la administración del presidente Harry S. Truman.