A través de Facebook, mi amigo Carlos Rodríguez hace el siguiente reporte: «Cheo, buenas tardes, qué inconsciencia la de los residentes de un edificio ubicado en la calle 32 entre 16 y 17, sacan su basura y escombros y en vez de colocarla en el sitio dispuesto en su residencia para la misma, la colocan en la acera de enfrente que pertenece a la escuela Costa Rica, obstaculizando el paso peatonal y generando malos olores que entran por las ventanas de los salones. El llamado es para que tomen conciencia ya que están generando un malestar a los vecinos de su comunidad y a los niños que estudian en dicha institución. Te invito a que cuando puedas pases de noche y veas el desastre de basura en la zona.»
Precisamente, conciencia es lo que más hace falta en nuestro país. Pero para lograr cambios a gran escala, debemos empezar por la casa, por la cotidianidad y esas pequeñas acciones con las que podemos contribuir.