Un yogur aporta 77, 5 kilocalorías. Es una opción perfecta para almuerzos o meriendas, ya que además de mantenernos saciados es una gran fuente de proteínas de alto valor biológico y calcio biodisponible, por lo que su consumo beneficia enormemente la salud ósea y muscular.
Además, contiene microorganismos vivos, bacterias beneficiosas que ayudan a mantener sana la flora intestinal, por ello tomar yogur tras un tratamiento con antibióticos potenciará las defensas y favorecerá la recuperación del equilibrio de la mucosa del estómago.
Estos microorganismos también ayudan a hacer la digestión, por lo que es un alimento perfecto para consumir por la noche y después de tomar comidas copiosas.
Debido al proceso de fermentación empleado en su elaboración, el yogur mejora los síntomas de los procesos donde existe una alteración de la flora intestinal como la diarrea o el estreñimiento.