Estar sin agua es una pesadilla. La planificación diaria gira alrededor de la carencia del líquido y de la espera por su llegada. Actividades rutinarias como cocinar, lavar, limpiar, bañarse y hasta cepillarse los dientes, se convierten en una odisea.
Esta situación la viven desde hace más de cuatro días los habitantes de Las Mercedes, en Cabudare, municipio Palavecino. «Pero sí cobran puntualmente y el aumento fue para la hidrológica, porque para los usuarios es menos cada día» me cuenta Lila López a través de Whatsapp.