Donald Trump reanudó el domingo su batalla contra una animadora de Fox News y sus competidores por la candidatura presidencial republicana, quienes le acusan de faltar el respeto a las mujeres. Contraatacó diciendo que Jeb Bush es quien tiene problema con las mujeres.
La única mujer aspirante a dicha candidatura se manifestó «horrorizada» por la ofensiva de Trump y dijo que este podría no estar preparado para soportar las presiones que conlleva la presidencia de la nación.
La campaña combativa y heterodoxa de Trump ha encontrado eco en muchos conservadores insatisfechos, pero también ha confundido a los líderes del partido Republicano, que ya se enfrentaban a la perspectiva de una accidentada carrera entre 17 candidatos.
La controversia más reciente comenzó el jueves por la noche, cuando Megyn Kelly, moderadora del debate de Fox News, recordó comentarios ofensivos de Trump contra las mujeres.
Furioso por lo que consideró un tratamiento injusto en el debate, Trump dijo a CNN el viernes por la noche que Kelly “tenía sangre en los ojos que le salía por todos lados».
Esa afirmación le costó a Trump una invitación a la conferencia RedState Gathering de Atlanta, donde varios aspirantes hablaron a un millar de activistas conservadores. Erick Erickson, presentador de RedState, dijo en una declaración que Trump violó las normas básicas de decencia. La campaña de Trump respondió calificando a Erickson de «perdedor total» que respalda a otros “perdedores del sistema».
Jeb Bush, el favorito para muchos donantes republicanos, dijo en RedState que las afirmaciones de Trump perjudicarán las posibilidades republicanas con las votantes, que ya se inclinan por los demócratas en las elecciones presidenciales. «¿Queremos ganar? ¿Queremos insultar al 53% de nuestros votantes?», preguntó el exgobernador de la Florida.
Trump replicó el domingo por CBS que es Bush quien tiene problemas con las mujeres, debido a un comentario que Bush formuló la semana pasada cuando debatía la posibilidad de cortar fondos para la organización Planned Parenthood. «No estoy seguro de que necesitemos 500 millones de dólares para cuestiones de salud femenina», afirmó Bush en esa ocasión. Más adelante emitió una aclaración en la que dijo que se había equivocado.
“Creo que tiene un gran problema», dijo Trump. Afirmó que era peor que una videograbación de Mitt Romney, candidato republicano en 2012, en el que este dijo que el 47% de los votantes dependían del gobierno y que votarían por el presidente Barack Obama de cualquier manera.
Entre los asistentes a RedState había opiniones divergentes sobre si Trump debería ser criticado por sus comentarios sobre Kelly, pero si había un consenso, apuntaba a que los activistas siguen interesados en las opiniones de Trump y esperan que otros candidatos presten atención a su auge.
“Parece que los republicanos quieren elegir a alguien como el candidato», comentó Jane Sacco, de New Port Richey, Florida, que se mostró enojada por la decisión de Erickson de desinvitar a Trump. “Y quieren que todo el mundo obedezca».
Muchos otros candidatos arremetieron también contra Trump.
Carly Fiorina, ex directora general de Hewlett-Packard, única mujer aspirante a la candidatura presidencial republicana, no escatimó su opinión. «Creo que las mujeres de todo tipo están horrorizadas con esto», dijo a CBS y afirmó que había una diferencia entre ser políticamente incorrecto y “lanzar insultos a toda clase de gente».
También sugirió que la reacción de Trump indica que carece de paciencia. «Si le resulta insoportable una pregunta, imaginen la presión que enfrentaría estando en el despacho presidencial», sentenció.
Mike Huckabee, exgobernador de Arkansas, parecía exasperado por la situación y en un momento dado replicó a los periodistas que le hacían preguntas relacionadas con Trump: «Me presento a la presidencia», dijo. “No me presento a crítico de medios sociales de otra persona que se presenta a la presidencia».
Un exasesor de campaña de Trump insinuó que la carrera del empresario a la Casa Blanca se ha convertido en un espectáculo paralelo a las primarias.
El sábado por la noche, la campaña de Trump anunció el despido de uno de sus principales asesores. Roger Stone respondió en Twitter que él había “despedido a Trump», y no al revés. Según un correo al que tuvo acceso The Associated Press, Stone escribió al candidato: «Las actuales controversias relacionadas con personalidades y provocadoras peleas mediáticas han alcanzado tal nivel que han distraído la atención de su plataforma y sobrepasado su mensaje central».
El director de campaña de Trump dijo no haber recibido ese mensaje.