No tienen ni la más mínima idea de la cantidad de cosas interesantes que pueden suceder en nuestra cocina, pequeños milagros disfrazados de cotidianidad, diminutos actos de magia que, sin intenciones de llamar la atención, terminaron convirtiéndose en las razones por las cuales decidimos desarrollar este inusual artículo, en el cual examinaremos con lupa buscándole una explicación lógica a esos fenómenos científicos que se nos presentan a diario y que en la mayoría de los casos ignoramos por completo.
Frío al instante
La película está a punto de comenzar, las chucherías están sobre la mesa, el control está al alcance de nuestra mano y ya nos pusimos cómodos en el sofá. De repente, nos topamos cara a cara con la tragedia de descubrir que nuestro refresco (o cualquier otra bebida) está caliente, una verdadera desgracia que le baja los ánimos hasta al más entusiasta de todos. Para el alivio de muchos, esto tiene una solución más sencilla de lo que piensas, pues para enfriar rápidamente nuestra bebida sólo es necesario colocar en un recipiente abundante hielo y una buena cantidad de sal, ya que la sal hace descender la temperatura de congelación del agua, derritiendo el hielo, el cual, al fundirse, captura el calor de las latas o botellas en instantes.
Secreto bajo presión
Para nadie es un secreto que en una olla convencional los granos tardan mucho más tiempo en ablandarse, pero al meterlos en una de presión, pareciera darse una suerte de acto de magia cuyo misterio no terminamos de descifrar. En realidad, es ciencia pura, y para develar el enigma no hace falta más que aplicarle un poco de lógica al asunto, pues debemos recordar que la temperatura de ebullición de los líquidos depende de la presión a la que estén sometidos pero, en términos generales, el agua comienza a hervir a los 100 ºC.
El asunto es que las ollas de presión están herméticamente cerradas, lo que impide que escape el vapor que se genera, el cual va presionando las moléculas que aún no se han evaporado, de modo que nuestro caldo hervirá a 120ºC, temperatura que, al ser mayor, disminuye el tiempo de cocción.
Gotitas en los sartenes
Retando todo análisis lógico, una gota de agua sobre un sartén muy caliente no se evapora, sino que por el contrario, se convierte en una pelotita que resbala intacta por toda la superficie, fenómeno conocido como “Efecto Leidenfrost”. Pero, ¿Cómo sucede? Pues la respuesta no es tan complicada como parece y es que cuando la gota entra en contacto con la superficie hirviente, una fracción de la misma se vuelve vapor, el cual se transforma en una especie de cojín que aísla el resto de la gota del contacto con la superficie metálica y así, las gotitas danzan por ella con muy poco roce, por lo que van evaporándose muy lentamente.
¿Por qué el vino llora?
Cuando el vino entra en contacto con las paredes de la copa, se forma sobre ellas una película muy delgada en la que se empieza a evaporar el agua y el alcohol (este se evapora más rápidamente), por lo que la fina capa que recubre el cristal termina con una cantidad de agua mayor que la del vino original. Luego, el alcohol comienza a fluir para intentar sustituir la fracción evaporada, acción que se conoce como Efecto Marangoni, el cual no es más que el momento en el que el vino empieza a subir por las paredes de la copa originando las famosas “lágrimas”
El líquido seguirá subiendo hasta que la gravedad lo haga caer de nuevo, formando las lágrimas que nos indican que a mayor grado de alcohol, mayor cantidad de estas habrá.
¿Congelados pero quemados?
A todos nos ha pasado en alguna oportunidad. Metemos a congelar algo sin envolverlo, taparlo o protegerlo adecuadamente del inclemente frío al que será sometido y, como castigo por nuestro descuido, obtenemos desagradables quemaduras en la superficie de los alimentos, momento en el que nos invade la curiosidad y nos preguntamos cómo es posible que algo que está a 20 grados bajo cero termine quemándose.
La respuesta es la sublimación, un proceso a través del cual las moléculas de agua de los alimentos se escapan en condiciones de muy baja temperatura y humedad, haciendo que estos pierdan su estructura, se vuelvan parduzco y sumamente deshidratados.
Líquido bajo cero
El fenómeno de la congelación se da cuando el agua tiene impurezas o pequeñas burbujas a partir de las cuales se forman los cristales de hielo, pero ¿qué pasa si llenamos una botella con agua destilada sin ningún tipo de zona no homogénea y la metemos al congelador en absoluta calma?, el resultado será, nada más y nada menos, que un agua que puede estar a -10º C y aún así permanecer en estado líquido, fenómeno sorprendente que representaba un verdadero misterio hasta hace poco y que actualmente es conocido bajo el nombre de “Supercongelación”.
El secreto de los microondas
Contrario a la creencia popular, estos hornos no cocinan los alimentos desde su interior, pues la base de su funcionamiento es el magnetrón, una pequeña pieza que acelera a los electrones hasta el punto en el que emiten luz en una frecuencia invisible para el ojo humano, de modo que cuando ponemos nuestra cena dentro del microondas, las moléculas de agua del mismo se ponen a vibrar, produciendo el aumento de la temperatura.
Como la capacidad de penetración de los microondas es muy alta, realizan su trabajo de forma bastante homogénea llegando hasta el interior, más no desde adentro hacia afuera.
¡Uy está amargo!
Gracias a la utilización de ciertas moléculas estandarizadas, fue posible determinar los diferentes niveles de intensidad con los que cada uno de nosotros percibe los sabores amargos, tema de suma importancia si recordamos que hay compuestos tóxicos, como los alcaloides, que están presentes en un 20% de las plantas y que suelen ser bastante amargos, razón por la cual es probable que la percepción de este sabor tan desagradable para muchos, esté muy desarrollada entre las poblaciones donde es más consumido.
De hecho, en África Occidental, tan sólo un 3% de la población es incapaz de percibir claramente los amargos. En Europa Occidental, un 30% de la población es poco sensible, y en la India, lo es hasta un 40% de la población”.