Trágica fue la manera como cinco hermanos perdieron al menor de ellos, la mañana de este sábado, en un accidente de tránsito ocurrido en la carrera 19 esquina de la calle 8 de Santos Luzardo, al noroeste de Barquisimeto.
Walber Díaz, de 18 años de edad, estaba junto a Kelvin Peroza, de 21 años, tomando la noche del viernes. La diversión se extendió hasta la madrugada y pasadas las 6:00 a.m. se fueron hasta la casa del primero de ellos.
Se les ocurrió la idea de tomar “prestado” el carro del vecino, sin su autorización, práctica que se había hecho costumbre, pues Díaz y su vecino, más que amigos eran como hermanos.
Tomaron el Malibú y a unas cuadras de su casa, perdió el control del carro por el exceso de velocidad y bajo efectos del alcohol, por lo que colisionó contra un posta.
Los cuatro cauchos le explotaron y el fuerte impacto hizo que el vehículo se incendiara. Díaz, no pudo salir producto de los fuertes golpes que recibió y quedó adentro, por lo que las llamas se lo consumieron.
Peroza, por su parte, como pudo salió y sólo resultó herido, posteriormente trasladado a la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda.
Iba a ser bachiller
Díaz, en unos meses comenzaría su quinto año de bachillerato, y aunque no había decidido que estudiar en la universidad, sus familiares están seguros que era alguna carrera que tuviese que ver con la mecánica.
“Él reparaba motos, bicicletas y carros. Aprendió de latonería y pintura con los vecinos”; explicó Alfred Díaz, uno de sus hermanos, quien rememoró que eran siete pero hace seis años, le mataron a otro de ellos, de nombre Walfer, hecho ocurrido en El Trompillo y cuyos asesinos aún no han sido encarcelados.
Por su parte, Jesica Díaz, otra hermana, dijo que a él desde pequeño le decían Bebé.
Comentó que su madre se encuentra en Caicara del Orinoco junto a otra de las hijas que está recién operada.
“Aún no le hemos dicho nada, sólo mi hermana, porque mi mamá se pondrá muy mal, es el segundo hijo que pierde de manera trágica”.
Una vez más queda demostrado como la inexperiencia e imprudencia hacen de las suyas.
“De paso, no tenemos recursos económicos para enterrarlo. Un vecino del consejo comunal nos está ayudando con la Alcaldía”, puntualizó la hermana del fallecido.