Murmuraban de Él porque había dicho: “Yo soy el pan bajado del cielo” y decían “¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿Cuyo Padre y cuya Madre nosotros conocemos? ¿Cómo dice ahora he bajado del cielo? (Juan 6, 41-42)
La incredulidad no consiste sólo en negar la existencia de Dios en El mismo, sino también en rechazar los signos y testigos de la palabra divina. La incredulidad con todo puede verse de diversos grados, y por lo tanto podría coexistir con cierta fe. El reverso de la fe, es la incredulidad
Aquel pueblo elegido, manifiesta también esa incredulidad, muy especialmente en el desierto, así se le señala por terco, recalcitrante, “Engordó Israel y tiró coces… Volvió las espaldas a Dios que le había criado Y despreció la roca de su salvación” (Deuteronomio 32,15)
También aquel pueblo se le llama de dura cerviz (Éxodo 32,9). Aquel pueblo que cae en una simple murmuración, fruto de su incredulidad. En efecto: “Toda la comunidad de los hijos de Israel, murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto… ojalá hubiéramos muerto en Egipto… ” (Éxodo 16,2-39)
Ese pueblo, cree por desconfianza que va a morir de hambre y sed (Éxodo 15,24); tanto se hastía del maná, que esto les hace perder la paciencia, “en el camino empezó a impacientarse el pueblo, que murmuraba contra Yahvé y Moisés diciendo: ¿Por qué nos han hecho subir de Egipto a este desierto a morir? No hay pan, ni agua y estamos ya hartos de este ligerísimo alimento” (Número 21, 4-5)
Por otra parte el pueblo escogido duda de Dios y tienen por tanto temor frente a los enemigos, “la comunidad entera decía: Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto… ¿Por qué nos conduce Yahvé a esa tierra a hacernos perecer bajo la espada y entregar nuestras mujeres e hijos como botín de guerra…? (Número 14,2-3)
El pueblo olvida las maravillas que Dios le hizo. La incredulidad, una de las caras del miedo, busca exigirle a Dios que realice un prodigio de inmediato o de lo contrario no se cree en Él. Es un chantaje o se le hace un milagro o se desprecia y rechaza a Yahvé, y dio a aquel lugar el nombre de Masá y Meribá por la querella del pueblo de Israel y por haber ellos tentado a Yahvé, diciendo: ¿Está Yahvé en medio de nosotros, o no? (Éxodo 32)
Pretendían poseer también el misterio de Yahvé a través de prácticas de adivinación, superstición, hechicería (Éxodo 22,17).
Hace poco, mucha gente dudó de Dios, y creyó a los adivinos y a los mercaderes de la fe, al empezar a comprar velas y velones, porque después vendrían días de oscuridad, con motivo de un cometa que se estrellaría, pero acá en la tierra no pasó nada; solo que se fue la luz del dinero de los ingenuos, y los vivos se llenaron; ojalá que en el futuro creamos más en las enseñanzas de Cristo y de la Iglesia, que la de los falsos profetas, manipuladores de la simple religiosidad.
El que no cree, sólo murmura y critica, pero no aporta ninguna solución. Ahora bien, Yahvé no acepta componendas, es lo que dice el profeta Elías “¿Hasta cuándo cojearás de las dos piernas? Si Yahvé es Dios, síguelo…” (1Reyes 18,21).
Los profetas luchan contra el corazón doble (Óseas 10,2). Yahvé quiere la fidelidad pero este ideal se mantiene sólo por la fe profunda. La fe es la única garantía de existencia del pueblo de Dios.
Para Jeremías la incredulidad vendría a ser en poner la total confianza en la criatura (Jeremías 5,7). Ese pueblo por la incredulidad se hace sordo y ciego (Isaías 42,19).
Por eso Yahvé suscitará a su siervo, a través del cual la incredulidad será vencida (Jeremías 5-7). Jesús el Siervo de Yahvé, padeció del rechazo e incredulidad, por parte de muchos de los de su época, hasta tal punto que expresó “Bienaventurado aquel para quien no sea yo ocasión de escándalo” (Mateo 11,6).
El debe luchar contra la hipocresía de los fariseos (Mateo 15,7) y el rechazo e incredulidad de las ciudades de las orillas del lago y de Jerusalén (Mateo 11,20-24; 23,37ss). Cristo se asombra también de aquella falta de fe y se asombra de la incredulidad (Mateo 6,6).
Sin embargo, también entre los creyentes se insinúan grados de incredulidad; así algunos aparecen como “hombres de poca fe” por ejemplo, cuando los discípulos sienten temor ante la tempestad (Mateo 8,26) o cuando no pueden hacer un milagro (Mateo 17,17ss) o cuando se preocupan por haber olvidado el pan; ellos pensaban entre sí diciéndose: Es que no hemos traído pan. Conociéndolos Jesús dijo: ¿Por qué piensan hombres de poca fe, entre ustedes, en que no tienen pan? (Mateo 16,7-8).
Pero será la oración permanente y profunda la que venza esa debilidad. Centrémonos en Dios, ya que la fe nos hace vivir, porque ella todo lo puede.
Mons. Antonio José López Castillo
Arzobispo de Barquisimeto
Evangelio
Juan (6,41-51): En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», Jesús les dijo: «No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado… Yo soy el pan de la vida. …Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.» Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús.
Santo Padre
Divorciados en nueva unión no están excomulgados, no hay que tratarlos así VATICANO, 05 Ago. 15 / 10:24 am (ACI).-
Las personas divorciadas vueltas a casar “no están excomulgados”, y no deben ser tratadas como tales pues “ellas forman parte siempre de la Iglesia” … cómo cuidar a aquellos que, después del irreversible fracaso de su vínculo matrimonial, han comenzado una nueva unión..“es importante que ellos sientan a la Iglesia como madre atenta a todos, dispuesta siempre a la escucha y al encuentro”.
3er Encuentro Nacional de Jóvenes Barquisimeto 2015
Hoy domingo 9 de agosto en el Estadio de Barquisimeto
Programación:
* 7:30 am. Ingreso de peregrinos al Estadio y proyección de vídeos institucionales y de oración.
* 8:30 am Expo Feria Vocacional y Reconciliación
* 9:00 am. Ministerio de Música de las Hermanas Agustinas Recoletas.
* 9:30 am. Bienvenida y veneración a la imagen de la Divina Pastora
Reflexión Mariana del Excmo. Mons. Antonio José López Castillo, Arzobispo de Barquisimeto.
* 10:30 am. Misa de Clausura del Año Jubilar de la Juventud y Envío del III Encuentro Nacional de Jóvenes 2015, presidida por el Excmo. Mons. Diego Rafael Padrón Sánchez, Arzobispo de Cumaná y Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana y concelebrada por los Señores Obispos, presentes en la actividad.
* 12:30 m. A n i m a c i ó n Musical y Despedida.