Un hombre de 53 años de edad fue ultimado la noche del miércoles en la calle dos con carrera seis del sector Juan Sánchez, al noreste de Barquisimeto.
Hasta ahora no se conocen mayores detalles de lo ocurrido; lo cierto es que al hombre le impactaron sobre su humanidad gran cantidad de tiros que acabaron con su productiva vida.
William Enrique García Álvarez era comerciante, labor que desempeñó desde que era un joven, pues siempre le gustó.
Naudy García, uno de sus hermanos, comentó que el hoy occiso era un hombre apasionado por el trabajo y nunca tuvo un mal gesto con nadie, por el contrario, le extendía la mano a quien necesitara.
Otro hombre, quien no quiso identificarse, desconocía de lo había pasado pero al ver la foto en vida del ahora occiso se sorprendió y preguntó si ese era el mismo hombre que años atrás se paraba en los semáforos a vender los papagayos que construía para mantenerse y aportar un sustento al hogar.
“A él nunca o habían robado… era un hombre trabajador, lo hacía mucho con la gente que labora en un centro comercial al este de la ciudad”, explicó su hermano.
La tristeza se notaba en los familiares, pues habían perdido al mayor de cinco hermanos.
Ellos se encontraban afuera de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda (Hcamp) de Barquisimeto, donde esperaban la entrega del cadáver, pues debían esperar le hicieran la autopsia correspondiente y se cumplieran con los requisitos necesarios.
Del suceso
Hasta ahora, los familiares no tienen claro que fue lo que pasó, lo que sí es cierto es que a García Álvarez, lo mataron cuando regresaba de llevarle unas medicinas a su pequeña hija de año y medio e nacida que está enferma.
“A mí me llamaron y me dijeron lo que lo habían ultimado, no sé que pudo haber pasado. Ya no había nada que hacer”, narró el hombre.
Por ahora, las averiguaciones por parte de los efectivos de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Lara, se mantienen activadas a fin de dar con el paradero de las víctimas y determinar lo que pudo haber ocurrido.