En los últimos tiempos estar informado es una obligación y a la vez pasa a ser un sacrificio que los psicólogos tendrán que analizar para que en un futuro esos venezolanos preocupados por el pasado, presente y el futuro, sólo dejen las consecuencias que permitan estar atentos a solventar nuestros problemas cotidianos. Muchos años he visto pasar y oír de esa ley que llaman oferta y demanda, y en mi terruño añorábamos el invierno para abastecernos de agua y permitir que los campos fueran sembrados con los vegetales que garantizaban la comida diaria tanto para personas como animales. Bendito invierno que permitía mayor oferta, hecho que se traducía en menos costo del producto y que traducido a la realidad del bolsillo constituía un bolívar fuerte.
En la época de verano podíamos decir aquello de “guardar pan para cuando haya leche”, y es así que no era otra cosa que ahorrar para tiempos de escasez y demanda. Ese mundo pequeño fue totalmente distorsionado por diferentes motivos, cuando la gente gobernante pretendió creer que derechos es igualdad y resulta que hasta la naturaleza da derechos pero no igualdad.
En estas reflexiones tengo que aceptar aquello de “pedir peras al olmo”, es decir, la naturaleza da tierras y clima para diferentes actividades más, hay que resaltar que es difícil sembrar maíz y arroz en la Gran Sabana como también es difícil conseguir hoy diamantes en el Sur del Lago y por ello esa ley de oferta y demanda en cada sitio, impone el precio de las cosas, llevándole la contraria a todos aquellos que quieren imponer precios justos donde no existe lo que podríamos llamar justicia de la naturaleza.
Hemos sido favorecidos por esa naturaleza, con ese bien llamado petróleo que en los últimos tiempos por hegemonía comunicacional nos dicen que es de todos y es así que vemos a los gobernantes con guayuco y a los indios con flux y chaleco antibalas por ese bienestar que permite el socialismo del siglo XXI, más, hoy con eso de la escasez de productos de la cesta básica ya no podemos saber cuánto cuesta un atún a puerta de corral es decir, en Cumaná o en San Cristóbal por lo que en estas reflexiones me afirman que el problema no es de inflación, va mas allá es decir, ubicarnos en dónde estamos qué producimos, qué gastamos y qué necesitamos de nuestro entorno y fuera de él para apreciar el cuánto cuestan las cosas sin que se tenga que intervenir los gobernantes con doctrinas políticas erradas en el acontecer económico.
En estas Reflexiones no es la intención dar una lección de economía y mucho menos de gobernabilidad, es el clamor del ciudadano de a pie que me permite ser su vocero con el ánimo de que dejen la soberbia y por el bien del país y en nombre de todos haya una rectificación y hacer las cosas en alianzas estratégicas donde todos tengan el derecho de participar, pensar, actuar y considerar en positivo sin distingo de creencias e ideologías; primero el país, y debemos respetarnos y tomar el ejemplo de los bosques: nunca veremos dos árboles dándose ramalazos entre ellos, de seguir así el camino a la prosperidad se alejara más y esto de puras contradicciones da la impresión de no ser muy humano, debemos abrir los ojos para no caer en un mensaje que nos dejó Facundo Cabral. Cito: “ Los pendejos son peligrosísimos porque son mayoría y escogen presidentes”. Fin de la cita
Gracias a Dios estamos lejos de lo dicho por Facundo Cabral: podemos equivocarnos, pero más equivocados está quien piense como Cabral que lo somos, y podemos rectificar y corregir antes que el barco se hunda. Ese es el verdadero sentimiento del venezolano, porque cualquiera sean las circunstancias defiende su idiosincrasia. Llegó el momento de la unión, de sembrar los valores positivos para cosechar la paz social y la convivencia.
….Unidos todos por el Sistema de Riego Yacambu y el Ferrocarril de la Región…