El Centro Regional de Medicina Física y Rehabilitación “Dr. Régulo Carpio López” del Hospital Central Antonio Maria Pineda, desde el año 1976 presta sus servicios para la atención de adultos y niños que presentan alguna discapacidad o limitaciones funcionales de alta complejidad.
Entre los servicios que ofrece se encuentran: consulta general, rehabilitación, clínicas (evaluaciones) de enfermedades neuromusculares, miastenia gravis, espasticidad, espalda, amputados, pie diabético, mano, parálisis facial y electromiografía, entre otros.
En la actualidad, este centro de salud cuenta con 10 médicos fisiatras. Cinco de ellos están dedicados a la atención de los adultos y uno para los niños. También, dispone de dos terapistas ocupacionales de adultos y uno de niños.
El doctor Régulo Carpio, quien fue descrito por el galeno José Francisco Navarro, (en su discurso del 24 de mayo de 1995), como un venezolano que posee una dilatada, meritoria y fructífera trayectoria profesional, docente y ciudadana, inició la lucha por consolidar el proyecto de construcción de la infraestructura donde hoy día se prestan los servicios de medicina física y rehabilitación.
Posteriormente, hizo las gestiones ante los organismos competentes para la concretar la creación de la Unidad de Rehabilitación Infantil dentro de las instalaciones del Centro de Rehabilitación.
Específicamente en el año 1986, la población infantil incapacitada comenzó a ser atendida en por especialistas en el área.
Su permanente y constante preocupación por los distintos problemas del minusválido lo lleva a crear y poner en prática un Programa de Rehabilitación Profesional. El mismo sirvió de base para la creación de la Asociación de Deportistas en Sillas de Ruedas (Aldesir), cuyos miembros fundan la Oficina Central de Integración de Limitados Motores (Ocilim).
Considerando que los deportistas con limitaciones físicas deberían contar con instalaciones adecuadas para practicar, desarrollar sus habilidades y destrezas tanto recreativas como competitivas, Carpio logra que se construya en los terrenos adyacentes al Centro, una cancha múltiple deportiva y un galpón, para sitio de reunión y descanso.
Además de ello, creó la Fundación Larense de Ayuda al Incapacitado (FLAI) y su voluntariado. Cuyo objetivo fundamental conseguir fondos económicos para ayudar al mantenimiento y funcionamiento del Centro de Medicina Física y Rehabilitación.
Igualmente, constituyó la Unidad Generadora de Recursos Propios del FLAI, encargada de la recolección del dinero que proviene de los establecimientos dispuestos en la adyacencias del Centro: el cafetín, la fotocopiadora, la empresa P.G.C.A., la compañía Materiales Médicos Venezuela C.A. y las donaciones aportadas por los usuarios del centro.
El doctor Régulo Carpio, quien durante muchos fungió como Jefe de Servicio, decidió retirarse por algún tiempo de este centro de salud.
Posteriormente, volvió en el año 2013 para ocupar el cargo de Director. A su llegada, se enfrentó con un escenario nada alentador.
Manifestó que existía mucho deterioro en materia de infraestructura y funcionamiento. Había desaparecido la Asociación Larense de Deportistas en sillas de Rueda (Aldesir). La mayoría de los equipos de hidroterapia, ultrasonido, lámparas, infrarrojos, baños de parafina y aires acondicionados estaban dañados. De 12 baños disponibles 9 estaban inoperativos. No se mantenía el orden y control en el área del estacionamiento, entre otras deficiencias.
Razones por las cuales, Carpio conjuntamente con la junta directiva, diseñaron un programa de acción en función de resolver las problemáticas que los aquejan.
“Enfocados en ser una institución modelo en el campo de rehabilitación integral, estamos ejecutando la fase de recuperación de diversas áreas, principalmente en lo que respecta a infraestructura. Asimismo lo estamos haciendo con FLAI y el voluntariado, la Unidad Generadora de Recursos Propios y Aldesir. Lo ideal, es que trabajemos en función del cuidado, mantenimiento y preservación de este Centro, así como también, proporcionar un servicio óptimo a todos los usuarios”, expresó.
Indispensable
A juicio de Carpio, la ayuda privada y la participación de la comunidad hay que estimularla. Su aporte es crucial para el éxito de cualquier programa.
Es necesario utilizar la mayor cantidad de recursos, en la atención de las grandes y complejas afecciones invalidantes: amputados, traumatismos craneoencefálico y raquimedulares, enfermedades neuromusculares, politraumatizados, accidentes cerebrovasculares, parálisis cerebral y niños con mielodisplasia.
Igualmente, el galeno consideró que es vital auspiciar y desarrollar un programa de rehabilitación profesional que entrene al minusválido en una actividad, que le permita incorporarse a un trabajo remunerado que lo independice desde el punto de vista económico.
“Es hora de unir esfuerzos, que cada quien cumpla con su deber y aporte en la medida de sus capacidades, su contribución, por pequeña que sea, para tratar de superar las dificultades que nos agobian. No obstante, la contribución fundamental es el trabajo. Es importante destacar, que gran parte de la sociedad civil ha tratado de acuerdo a sus posibilidades, de organizarse en Fundaciones y Asociaciones, de ofrecer su contribución, su tiempo y esfuerzo, con el propósito de ayudar al Estado a resolver las deficiencias que se presentan en materia de salud. A ellos, mi más profundo agradecimiento” dijo.
Señaló que el estado Lara, específicamente la ciudad de Barquisimeto, ha sido pionera y abanderada en este campo de acción. Citó como ejemplo, las instituciones: Ascardio, Cruz Roja venezolana seccional Lara, Bandesir, Fe y Alegría, y muchas otras, que reunen a hombres y mujeres que con desprendimiento, vocación de servicio y espíritu de solidaridad, se dedican a socorrer a los más necesitados.
