La laguna de oxidación de Duaca, conjuntamente con la de El Eneal, se encuentran completamente colapsada por falta de mantenimiento por parte del ministerio del Ambiente, constituyéndose ambas en un riesgo de contaminación, incluso de las aguas que fluyen del acuífero del que dependen ambas poblaciones y varios caseríos.
Desde hace algunos años, conocedores del tema, como el ingeniero Jesús Dugarte, así como el líder del movimiento Crespo Activo y el ex alcalde Andrés Eloy Blanco, han venido insistiendo en la necesidad de que el Gobierno nacional atienda el problema que representan esos sistemas de tratamiento de aguas servidas, pero no han tenido ningún resultado positivo.
Con la crisis que se ha presentado con el suministro del vital líquido en Duaca y El Eneal, el caso del sistema de lagunas o lagunas de oxidación, ha obligado a los luchadores sociales a insistir en que el Gobierno nacional haga algo para solucionar tan grave problema de contaminación.
De acuerdo al ingeniero Dugarte, las de El Eneal aún pueden ser recuperadas, siempre que haya buena intención gubernamental, pues se trata de un sistema construido para una población mayor a la que en la actualidad tiene la población.
No ocurre lo mismo con la de Duaca, ubicada en terrenos de la finca Don Aurelio, cuya capacidad se ha venido reduciendo al punto de no cumplir función alguna con respecto al tratamiento de las aguas servidas.
“Ahí las aguas servidas salen igual a como ingresaron”, explica Dugarte.
Considera latente el peligro de contaminación de la quebrada Tumaque, también llamada El Toro o Barro Negro, que alimenta el acuífero de la capital municipal.
Esas aguas caen al río Turbio, en Yaracuy, contaminando pozos artesanales de caseríos ubicados entre Nonavana y Cambural.
Cree que no existe posibilidad alguna de recuperación en virtud del estado de abandono al que le han llevado con el nulo mantenimiento que consiste en eliminar el sedimento, al menos cada cinco años.
En este caso sólo procede la construcción de otro sistema de lagunas, con el correspondiente mantenimiento.
Dugarte no está de acuerdo con el anunciado proyecto de una planta de tratamiento por lo costoso del mismo, mientras que con las lagunas bastan los rayos solares para eliminar los contaminantes.
Además, un equipo como ese representa gastos en electricidad, personal y productos para su conservación.
Además, explica, el agua tratada de la laguna puede ser utilizada para el riego, no de hortalizas, como se presume está ocurriendo en la actualidad, sino de pastos.
“Pero debe actuarse a la mayor brevedad posible porque esa laguna es un gigantesco foco de contaminación peligroso para la población”, afirmó.
Contaminación vecinal en el barrio Padre Orenis
Las familias residenciadas al final del barrio padre Orenis, en Duaca, viven propensas a enfermedades, estomacales y de la piel, a causa de un lago de aguas servidas de la parte alta allí formado.
José Víctor Antica, uno de los afectados, explicó que la situación no es nueva sino que data de hace dos años cuando por primera vez se rompió el tubo de la red de cloacas.
“Desde entonces toda la porquería de la parte alta baja hasta aquí y forma ese pozo del que salen olores que no se pueden aguantar”, afirma.
Agrega que llaman a Hidrolara y mandan una cuadrilla que le aplica un “pañito caliente” al problema y descansan unos días ,pero al llover reaparece.
Quienes no son residentes en ese sector del populoso barrio duaqueño y se acercan a una de las casas se regresan presurosos al no poder soportar los pestilentes olores.
“No sabemos qué están esperando para reparar definitivamente ese tubo y así las aguas negras no corran sobre la tierra y formen esas laguna”, dijo Antica.
Angélica Álvarez, otra vecina, dijo que esperarían esta semana para que la gente de Hidrolara les resuelva el problema o de lo contrario protestarán cerrando la carretera en cualquier momento.
“Es que ya no aguantamos más esta situación; se nos están enfermando los muchachos y nadie se conduele de nosotros; somos como 20 familias las afectadas que esperamos soluciones definitivas, no pañitos calientes”, enfatizó.