Un gran amigo de la infancia, del Colegio La Salle, Elio Ramón Figueredo, me comentaba en ocasión de una conversación referente a la migración del país, que hay que irse porque el problema de los venezolanos es que se les ha endurecido el corazón. La maldad se ha apoderado de la sociedad, o buena parte de ella. “Yo no quiero que mis hijos crezcan en un ambiente como este”. Fueron palabras muy duras que retumbaron en lo más profundo de mi conciencia. En segundos pasaron por mi mente las imágenes violentas de casi 17 años de confrontación política signada por el verbo encendido y revanchista del difunto presidente. Insultos, vejámenes, humillaciones clasistas y racismo, saqueos, confiscaciones, invasiones, apropiación indebida de los bienes privados, atropello militar, delincuencia, robo, destrucción del aparato productivo privado… un coctel de muerte institucional y destrucción como instrumento de lucha política para preservar el poder a costa de la vida misma. Postrar al pueblo en la miseria absoluta para reinar sobre escombros…
Las carencias espirituales de la sociedad están signadas por el revanchismo derivado de muchos lustros de abandono y estimulo de la violencia como instrumento de venganza histórica. A estas alturas de escases y crisis, resulta inentendible el apoyo de importantes franjas de la sociedad al planteamiento ideológico revolucionario. En contraste al natural sentido humanitario que se pretende vender del socialismo, en la práctica nos encontramos con todo lo contrario cuando se estimula la destrucción y exclusión de unos para resarcir a otros. Son hechos tangibles que escapan al hecho político para convertirse en el día a día que se vive en los barrios. Las carencias estimulan el delito bajo consignas ideológicas que de alguna manera justifica el derecho a comer a costa de la vida del otro. Nos hemos convertido en una jungla de violencia donde se obvian instituciones y se confiscan derechos con la venia de un estado plenipotenciario y prepotente.
Es a partir de estas variables muy duras desde donde comienza la responsabilidad personal y ciudadana para salir a colocar el acento sobre la historia. No se trata de negar lo obvio o enterrar la cabeza para no ver el problema. Todo lo contrario, de lo que se trata es de mirar la crisis de frente y afrontarla con la valentía suficiente para cambiar los hechos. El voto popular se agiganta para transformase en el arma poderosa de los pueblos libres. Las organizaciones partidistas y la MUD lograron el acuerdo perfecto y la tarjeta única. Ahora le toca a cada ciudadano en lo personal, convertirse en el jefe de campaña diaria y permanente de su entorno para motivar a todos a votar masivamente el próximo 6D. El único antídoto contra la trampa es el voto masivo.
Ya esto dejo de ser un asunto de partidos y de la MUD para convertirse en una responsabilidad personal y ciudadana…
Mis comentarios:
-La junta directiva del CIEL, en cumplimiento de la palabra empeñada, está terminando la primera etapa de la clínica para los ingenieros.
-En los espacios del viejo economato, pronto entrara en funcionamiento un laboratorio clínico con equipos de última generación y 5 consultorios médicos, como fase inicial del proyecto.
-Con las limitaciones propias de la crisis, estamos cumpliendo…
León rugiente y oso hambriento es el príncipe impío sobre el pueblo pobre…(Proverbios:28-15)