Estados Unidos y Turquía acordaron este lunes trabajar juntos para desalojar al grupo yihadista Estado Islámico (EI) del norte de Siria, mientras que paralelamente Ankara prometió continuar los bombardeos contra los rebeldes kurdos hasta que depongan las armas.
El objetivo de esta nueva alianza «es establecer una zona libre del EI y garantizar una mayor seguridad y estabilidad a lo largo de la frontera entre Turquía y Siria», dijo a la AFP un responsable militar estadounidense durante la visita del presidente Barack Obama a Etiopía.
El gobierno turco, que hasta ahora había sido acusado de cerrar los ojos ante los grupos radicales que combaten al régimen de Damasco, dio un giro a su política en Siria y decidió atacar por primera vez al EI, al que acusa de estar detrás del atentado que dejó 32 muertos el pasado lunes en la ciudad de Suruc, cerca de la frontera siria.
Desde el viernes, las fuerzas armadas turcas emprendieron varias operaciones contra objetivos del EI en Siria. Además Ankara otorgó la autorización para que los aviones estadounidenses utilicen la base de Incirlik, en el sur del país, para bombardear Siria e Irak.
Quedan todavía por definir los detalles del acuerdo.
El funcionario estadounidense, que pidió el anonimato, precisó que los detalles «aún no se han resuelto», pero subrayó que «ningún esfuerzo militar conjunto incluirá la imposición de una zona de exclusión aérea».
El primer ministro turco Ahmet Davutoglu confirmó la determinación de las autoridades de luchar contra EI.
«No queremos ver a Daesh [el acrónimo en árabe del EI] cerca de la frontera turca», insistió Davutoglu en una entrevista publicada este lunes, aunque descartó el envío de tropas terrestres.
«La presencia de Turquía utilizando eficazmente su fuerza puede permitir cambiar el equilibro en Siria, en Irak y en toda la región», agregó.
Su ministro de Relaciones Exteriores Mevlüt Cavusoglu prometió por su parte que Turquía participará desde ahora «activamente» en los bombardeos de la coalición.